He regresado al barrio en tiempos del Covid-19
La autora es coordinadora del Seminario Niñez Migrante de El Colegio de Sonora.
Hace muchos años, eran inicios de lo que llamamos “la era de la globalización”, escribí un documento argumentando que aún con la llegada de los supermercados trasnacionales, o las tiendas de conveniencia, los abarrotes, los supercitos, los pequeños estanquillos, las casetas de ventas de “chuchulucos” afuera de las casas, cumplían un rol, social, cultural y económico para el barrio. El barrio no sólo como espacio físico delimitado por las cuadras, sino como un espacio simbólico donde se crean lazos de amistad, solidaridad, confianza, donde los niños crecen, van juntos a la escuela, conviven, juegan, se enojan, se juntan se alejan y se vuelven a juntar.
En tiempos del Covid-19, quizás porque hay más tiempo de estar con uno mismo, los recuerdos de la niñez y adolescencia vuelven a surgir y es ahí como el barrio entra a rescatarnos de la ansiedad, e incertidumbre provocada por la contingencia. Las muertes por la contingencia también nos hacen regresar al barrio. Hace pocos días murió Paco, de mi barrio, por la calle Durango en Ciudad Obregón. Paco era hermano de Gerardo, amigo entrañable, que murió hace unos 3 años. Su numerosa familia fue un bálsamo para su servidora durante mi niñez y adolescencia.
Todavía recuerdo los días 25 de diciembre en casa de una de las hermanas, la Chayo, ahí nos juntábamos a reír, cantar y comer siempre fui bienvenida. Recuerdo que caminaba a la esquina de la cuadra y Gerardo se ponía en la esquina de la suya, sólo la calle Guerrero nos separaba, y le gritaba “¡ven!, ¡Noooo, ven tú!, decía”. Y luego, con su característico ademán alzaba la mano y la aventaba para arriba en un movimiento de vete a la ch… jajaja y ¡no iba! Pasamos la primaria, secundaria y preparatoria juntos; con la muerte de su hermano Paco he regresado al barrio.
En tiempos del Covid-19 el barrio también da esperanza y alegría. Las redes sociales creadas en el barrio y a veces fortalecidas con el tiempo, han apoyado a muchos a salir adelante en estos tiempos de desempleo. Muchas personas han conseguido trabajo a través de la venta de alimentos, cortes de pelo a domicilio, lavar, planchar, trabajos de construcción, pintar, impermeabilizar, trabajo de oficina, etc. ¿Quiénes son los principales clientes? los del barrio.
Esta red social de apoyo es vital para muchos que atraviesan por situaciones difíciles como lo comenta Iván quien, debido a la contingencia y la situación de la empresa, fue liquidado recientemente en donde laboraba: “le hablé a un amigo, tenía su celular porque hace unos meses me marcó para saludarme, estuvo conmigo en la secundaria y tiene negocios, le comenté mi situación y me dijo que fuera a verlo, es un hombre muy ocupado, pero me recibió inmediatamente, me sentí apoyado y halagado. Seguramente necesita gente de confianza en su negocio y sabe que nosotros que crecimos con él no vamos a defraudarlo”, comentó con ojos llenos de emoción. En contingencia regresamos al barrio ello da esperanza.
La autora es coordinadora del Seminario Niñez Migrante de El Colegio de Sonora.
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