¿Hablas o comunicas?

El autor es desarrollador de Potencial Humano.

Todos nacemos, crecemos y aprendemos a hablar según el lenguaje de la región, algunos quizá aprenden otros idiomas y formas de expresión.

Pero, ¿quién realmente nos enseña a comunicarnos, a transmitir mejor nuestras ideas, a expresarnos, y sobre todo, a generar mejores entendimientos?

Y si vamos por la vida improvisando cada conversación, cada respuesta, cada presentación, sólo dejamos que nuestra mente conecte las ideas con nuestra boca y ¡bla!, decimos las cosas.

Seguro te ha pasado que en tu mente tienes todo organizado, qué decir, qué responder y hasta una frase poderosa para cerrar una idea, pero a la hora de hablar simplemente sale otra cosa, se nos olvida algo, cambiamos palabras y terminamos diciendo cosas que no queríamos, revolviendo ideas, balbuceando y a veces sudando con la mente en blanco tratando de recordar que íbamos a decir.

¿Alguna vez te ha tocado platicar con alguien que habla muy lento?

Desesperante.

¿Con alguien que habla demasiado rápido?

Estresante.

¿Cuántas veces haz tratado de explicar algo y la otra persona simplemente no te entiende?, o al revés, ¿alguien tratando de explicarte algo y tú con cara de ¿qué?... hasta que terminamos haciendo como que ya entendimos por pena a que nos vuelva a explicar por quinta vez.

De alguna manera estos casos se tornan normales en el día a día y en conversaciones informales no tienen el mayor efecto, pero ¿qué pasa cuando estas conversaciones son de temas laborales?, ¿te tocó exponer algún proyecto o te han invitado a dar tu testimonio frente a varias personas?

Algún error de los anteriores seguro te dejaría en estado de nerviosismo o vergüenza.

¿Sí te ha pasado o no? la buena noticia es que el hecho de saber expresarnos, organizar nuestras ideas y hasta dar una charla de alto impacto, es una habilidad que puedes desarrollar en cursos, algunos libros o técnicas y el secreto de todo “práctica, práctica y práctica” .

A la hora de transmitir un mensaje siempre el objetivo será que llegue de forma correcta a la mayor cantidad de personas, y para ello existen varios factores muy importantes, aquí te compartiré algunos.

Si nuestro objetivo es transmitir un mensaje, las palabras son importantes, aunque sólo influyen el 7% (las palabras que uses y cómo las acomodes), la entonación que usemos tiene mucha mayor importancia, cerca del 35% (tu tono de voz y tu modulación) pero lo que más conecta siempre será tu corporalidad aportando un 55% de valor a nuestro canal de comunicación (gestos, manos y cuerpo).

Por ejemplo, vas por la calle y te encuentras a un amigo tuyo, típica pregunta después de saludarlo: “¿Y cómo te ha ido?”, la respuesta seguro que será “muy bien”, pero si nos ponemos a analizar sus gestos y vemos su cara, inteligentemente podríamos notar que no le está yendo tan bien como su respuesta automática.

Si tu imaginas este ejemplo tan sencillo y lo visualizas en todas las conversaciones que tienes en el día, realmente la pregunta sería, ¿es congruente lo que digo con lo que proyecto?

Trata de cacharte y observarte frente a un espejo cómo te expresas, seguro que aprenderás mucho de ti y podrás encontrar áreas de oportunidad para mejorar.

Te dejo 3 buenos tips para mejorar esto:

1.- Usa las palabras correctas según la persona con la que hablas, no es lo mismo hablar con una persona de 10 años, de 20 años o con alguien mayor de 50 años, en cada conversación las palabras que uses deberán ser según tu público.

2.- Párate derecho, una posición firme te ayudará a mejorar tu entonación y a ganar seguridad al hablar.

3.- Abre bien la boca, muchos estamos acostumbrados a barrer palabras para evitar el esfuerzo y la energía que se necesita para hablar correctamente, además de manera inconsciente, estamos acostumbrados a leer los labios.

“Aquel que sepa comunicar efectivamente, tendrá una ventaja inmensa para lograr sus objetivos”.

El autor es desarrollador de Potencial Humano.

alankadena@gmail.com