Hablar bonito no es suficiente
El autor es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestro en Tecnología Educativa.
El miedo es una sensación normal en el hombre.
Tenemos miedo a lo desconocido, a la muerte, la altura y no pocas personas también tienen miedo a hablar en público.
Pero el ser humano ha sabido mitigar y vencer el miedo.
La fórmula para gobernar cualquier tipo de temor es hacer frente a la situación.
Si no se ha aprendido andar en bicicleta por el pánico a caerse, el modo de vencerlo es subirse a ella.
Si tengo pánico al mar, pero deseo saber nadar, la única manera de aprender a nadar es meterse a las olas.
¿Pero, por qué el miedo a hablar en público?
La actuación ante un público incomoda y tenemos temor de hacer el ridículo frente a las miradas de los demás.
Los actores dicen que a pesar de tener experiencia en los escenarios, la sensación de ansiedad antes de abrirse el telón siempre está presente.
Los grandes oradores se han enfrentado al miedo y han sabido manejar esa sensación.
¿Qué han hecho esos grandes oradores para tener éxito?
Practicar, practicar y practicar.
Para aprender a caminar en patines hay que ponérselos, y la virtuosidad dependerá de la práctica.
Michael Jordan erró demasiadas pelotas antes de ser el más grande encestador del deporte ráfaga.
La práctica hace al maestro, dice la frase común.
La mejor manera de enfrentar el miedo a hablar en público es prepararse y practicar, eso da mayor seguridad y evita el pánico escénico.
En efecto, la práctica es la consejera del éxito, siempre y cuando se practique bajo un precepto que la oriente.
Es frecuente que los nóveles de la oratoria se ocupen en demasía en afinar la voz, con el fin de mejorar la expresión.
Sin embargo, hablar bonito como se dice coloquialmente, no es sinónimo de comunicar y de generar empatía con el público.
Para conectar con la audiencia se requiere algo más que una agradable voz, es necesario tener una estrategia que contemple los factores que intervienen en la comunicación.
La preparación es la clave para vencer el miedo de hablar en público.
Contar con una estrategia de seguridad frente a un auditorio.
En la planeación de la intervención deben considerarse cuando menos tres factores: El perfil del público, precisar el objetivo y definir el mensaje.
Conocer al público aporta elementos sobre necesidades y expectativas; el objetivo aclara la justificación del acto comunicativo; el mensaje ayuda a saber qué quieres posicionar en la percepción de la audiencia para lograr el objetivo de la comunicación.
Para vencer el miedo de hablar en público, la preparación es la mejor arma para tener éxito.
Hablar bonito no es suficiente, prepárate y no improvises.
El autor es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestro en Tecnología Educativa.
FB: @Soy Pepe Peralta