Fuentes confiables
El autor es Presidente Nacional del Colegio Mexicano de Profesionales en Gestión de Riesgos y Protección Civil, A.C.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la palabra “infodemia” se refiere a la sobreabundancia de información falsa y su rápida propagación entre las personas y medios de comunicación y, actualmente, en tiempos de pandemia, ha insistido en ella.
Queda claro, comparando la bibliografía especializada respecto a la estrategia implementada, que por un lado las consecuencias de la pandemia se debieron a un mal manejo gubernamental de la comunicación del riesgo, pero por otro, a la baja preparación de la sociedad en asimilar y transformar en conocimiento tanta información que se ha estado manejando, principalmente en los medios electrónicos, para en lo personal estar en condiciones de tomar decisiones y a nivel empresarial, planear estrategias confiables para la adaptación a la crisis.
Desde esta perspectiva, al guiar a un equipo de trabajo para obtener un propósito común debemos considerar los factores que afectan el desarrollo de la capacidad de resiliencia, uno de ellos es precisamente la mala información.
En esta colaboración me referiré desde lo general a varios aspectos como son confiabilidad, objetividad y actualidad.
En el primer aspecto, fuentes confiables, se debe revisar que la información sea clara y no tenga errores ortográficos, desde ahí empieza la seriedad de la misma, además de que sea creíble, es decir, que quien emite la información lo haga bajo datos verídicos y comprobables, y por último, que la información proporcionada tenga referencias que la sustenten y que estas fuentes puedan ser verificadas.
El segundo, en cuanto a la objetividad, no es fuente con credibilidad aquélla que no es objetiva, ya que ésta no permite juicios de valor, sino que se basa en hechos, datos y cifras y aun así, se deben comparar varias referencias sobre el tema para poder analizar distintos puntos de vista si el enfoque es periodístico, académico, político, institucional o simplemente de opinión.
Por último, debemos compartir la información a nuestros colaboradores para su análisis y así estar en condiciones de tomar las mejores decisiones.
El tercer aspecto es la actualidad. Para tomar decisiones acertadas es importante consultar información reciente y pertinente, que sea útil; debemos revisar la fecha que es publicada y buscar más de una referencia para saber si la información es la más actual en el tema que se encuentra en consulta, y también vale la pena asegurar, cuando el tema no es estrictamente para fines académicos, que la información consultada haya sido publicada en los últimos cinco años.
En resumen, al procesar la información de manera responsable, es importante consultar, reunir, analizar y definir los datos confiables y pertinentes que resultan relevantes para la toma de decisiones estratégicas en la solución de problemas, particularmente cuando hablamos de empresas que se encuentran enfrentando un contexto de crisis y que pretenden implementar acciones de resiliencia para adaptarse a la nueva realidad.
“Ya no estamos en la era de la información. Estamos en la era de la gestión de la información”: Chris Hardwick.
El autor es Presidente Nacional del Colegio Mexicano de Profesionales en Gestión de Riesgos y Protección Civil, A.C.