Entre soluciones y problemas

El autor es Maestro en Educación y profesionista independiente.

Mientras allá afuera se discuten los grandes temas de México: la caída del producto interno bruto, la reactivación económica, los muertos por la negligencia de las autoridades, el manejo de la pandemia, etcétera, en mi colonia pasan cosas muy extrañas.

Sin duda, atender los asuntos del país es importante, aunque no se presta mucha atención a los indicadores económicos —mientras podamos comprar lo que queramos—, tampoco a los muertos

por la pandemia de Covid-19 o por cáncer infantil como resultado de la falta de medicamentos, o a las víctimas de la violencia desmembradas en la calle —mientras no sean familiares—.

Nuestro interés por los asuntos de la sociedad se está concentrando solo en aquellos que nos atañen directamente y seguimos privilegiando el beneficio personal por sobre el bien general. Y, de igual manera, pareciera que nuestros gobernantes privilegian la atención de asuntos que están fuera del ámbito de atención del común de las y los ciudadanos.

Si partimos de que la sociedad es como un edificio, la cimentación seguirá siendo el aspecto de construcción más importante a revisar. Los cimientos de toda sociedad están formados por la educación y los valores inculcados a cada uno de sus ciudadanos, mientras que la profundidad de aquellos dependerá de lo ancestral de la cultura.

Es un error insistir en que la construcción de una sociedad es de arriba hacia abajo o, peor aún, que ésta puede construirse mediante un decreto de algún gobernante.

En el mismo sentido, el andamiaje que soporta el edificio es la Ley y, si falla, lo más probable es que la construcción se haga de forma equivocada o termine cayéndose con el tiempo.

En la relación de las y los ciudadanos con la autoridad sucede algo similar. El federalismo se diseñó precisamente para que el Estado como tal fuera capaz de llevar bienestar a la sociedad atendiendo rápidamente sus necesidades, y se supone que el municipio (ayuntamiento), como autoridad autónoma más cercana, es el primero que debe responderle a las y los ciudadanos; pero la verdad es que se han visto avasallados ante la problemática del interés político.

Creo necesario hacer un replanteamiento de esta situación, si es que buscamos construir una sociedad que conlleve el bienestar para todos.

Pese a tener conocimiento desde hace años —al menos en mi colonia— la autoridad municipal no resuelve lo del vecino que se agandalló terrenos de un área verde; lo de las casas invadidas mal usadas; lo de construir sin permisos y en áreas inadecuada; lo de talar un árbol de más de 30 años; o lo de usar un área de condominio como centro de rehabilitación para alcohólicos.

Es importante, porque las colonias son los cimientos de las ciudades, ¿o no?

El autor es Maestro en Educación y profesionista independiente.

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