Elecciones y calidad del aire en Hermosillo

El autor es ingeniero Ambiental Industrial

Hablar con los hermosillenses sobre calidad del aire no es tan fácil como parece, más cuando no están familiarizados con el tema; como seguramente sí lo están quienes viven en la Zona Metropolitana del Valle de México, debido a los altos índices de contaminación y a los programas de verificación vehicular y de difusión de la calidad del aire de la metrópolis.

En Sonora por su parte, no se cuenta con programas efectivos para la difusión del estado de la calidad del aire, y mucho menos con programas para prevenir o controlar el grado de contaminación atmosférica; lo cual suma evidentemente a las causas del desconocimiento de la materia en la capital del estado.

El argumento más lógico para algunos podría ser que no contamos con los mismos niveles de contaminación que en ciudades tan grandes, que no tenemos la misma cantidad de vehículos ni la  misma cantidad de fábricas o establecimientos que generen contaminación en el aire. Sin embargo, a pesar de tener cierta lógica, los escasos registros de calidad del aire con los que se cuenta para la zona centro de la ciudad, demuestran que el monitoreo y establecimiento de medidas para la prevención de la contaminación atmosférica son una necesidad prioritaria.

Aún así, independientemente de los registros, basta con no olvidar que la sociedad mexicana tiene el derecho a estar bien informada, y además, el derecho a un ambiente sano para su bienestar y desarrollo.

En este sentido, es imprescindible que el tema de la calidad del aire sea una de las prioridades en la agenda del próximo alcalde o alcaldes. Porque de no ser así, seguiremos sin saber en realidad  la situación actual de la ciudad en estos términos, lo cual no permitirá motivos de cambio alguno, haciendo que todo siga igual como ha estado todos estos años desde que se implementó en el país el Índice Metropolitano de la Calidad del Aire (IMECA) en 1982.

Probablemente, la causa de que la última administración no lograra hacer un cambio en este sentido fue la falta de inversión, más no la falta de una dirección competente en el Instituto Municipal de Ecología (IME). En este último aspecto, se entiende que poco o nada se puede hacer sin recursos y sin el apoyo suficiente.

Entonces, ¿qué debe considerar el próximo alcalde o alcaldesa para atender esta situación? De entrada, diagnosticar el estado actual de la administración municipal en ese sentido. Los últimos datos cargados en la página del ayuntamiento sobre calidad del aire son del año 2020, y la rapidez con la que estos fueron publicados fue de semanas, lo cual indica que lo que existe en términos

de equipos e infraestructura, no está ayudando para efectos de prevención, sino solamente para generar historiales de contaminación.

Por otro lado, la información existente es poco representativa, pues corresponde solo a escasos sectores de la ciudad, y los contaminantes contemplados, no son ni la mitad de los que marca las normas de la Secretaría de Salud.

Por tanto, y derivado del diagnóstico, deberá el gobierno municipal asignarle los recursos necesarios al IME para que, en primer lugar, la calidad del aire se mida de manera efectiva y de conformidad con las normas, y en segundo, para que las medidas de prevención, control, difusión y contingencia, derivadas del monitoreo continuo, puedan ser ejecutadas de manera efectiva y oportuna.

Después de estas elecciones se definirá si se le da carpetazo al asunto o si realmente se atiende, por lo pronto no dejemos de insistir, por la salud pública y por el respeto a nuestro medio ambiente.

El autor es ingeniero Ambiental Industrial, Presidente de la Asociación Sonorense para la Gestión Ambiental, A.C. y miembro de la Red Hermosillo ¿Cómo Vamos?