“El joven mago con nombre de mujer”

Había pasado el día entero cultivando verduras junto a su padre y no podía más. Apenas llegó a su humilde choza cenó un poco de sopa y se quedó dormido. Ese sueño fue el inicio, no hubo marcha atrás.

Todo empezó con una voz, la voz del gran mago ¡Pero había muerto 100 años atrás! Aún así, lo recordaban, respetaban y amaban en todo el reino. Siempre cuidó de los aldeanos, los protegió y ayudó cuando no tenían qué comer.

El joven admiraba a Merlín. Escuchó las hazañas del valiente mago alrededor de una fogata. Esa noche no pudo esperar; antes de dormir le preguntó a su padre acerca del gran mago. Le dijo que gracias a Merlín él llegó a sus vidas. Habían perdido la esperanza de tener hijos, pero el mago apareció en sus sueños y les ayudó.

Les recetó una infusión y les dio instrucciones de como practicar un ritual sagrado para que su amado hijo llegara a sus vidas. Después del parto les hizo una petición.

¿Cuál fue su petición? Preguntó el pequeño. Que tu nombre fuera Meredith, respondió su padre, en ese entonces usado solo en mujeres; y su padre no cuestionó el deseo del gran mago, después

de todo ¿Quién era un humilde campesino para hacerlo?

Ahora, en ese sueño, no era su padre, sino Meredith quien hablaba con él y él le dijo "Eres mi elegido para continuar con la labor de proteger y ayudar a los aldeanos del reino".

¡Pero no sé nada de magia! Respondió Meredith. Aprenderás, dijo Merlín, ¡Pero si solo soy un campesino! continuó el joven. Serás un gran mago respondió Merlín, “Sólo tienes que aceptar esta misión y empezar de inmediato”.¿Y qué es lo que debo hacer? Dijo Meredith. “Por ahora nada, solo aceptar este llamado”.

“Todo lo demás será revelado en su momento”.

A la mañana siguiente Meredith se despertó asustado. Sudaba frío, su corazón latía con rapidez, no dejaba de pensar en la petición que Merlín le había hecho: ser su sucesor... ¡Quería olvidarse de todo!

¡Quería continuar con su vida tal y como lo hacía! Ahora debía renunciar a todo para convertirse en mago.  Pero era solo un campesino que jamás había salido de su aldea. Justo acababa de conocer a Leonilde, la bella joven que robó su corazón.

Tal vez  fue solo un sueño, solo su imaginación, la admiración que le tenía a Merlín o tal vez se estaba volviendo loco. Iba a olvidarse del asunto por completo, esa noche tomaría

un tarro de agua miel para dormir en paz y si Merlín aparecía de nuevo en sus sueños le diría que él ya era feliz, que continuaría con su vida, se casaría con Leonilde y tendrían muchos hijos.

Se había armado de valor, por lo menos así pensaba en ese momento. Pero esa noche, todo cambiaría de nuevo. El sueño de Meredith nos habla del llamado que toda persona recibe en la vida para luchar por lo que ama. Es raro que alguien se considere lo suficientemente capaz para aceptarlo, pero al final la vida se encargade que lo hagamos.

El autor es Papá Emprendedor, Escritor, Conferencista, Consultor, Podcaster

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