El fin de año, todos vueltos locos y todos tratando de mejorar el mundo

Autora es comunicóloga y maestra  en derecho corporativo

Existe una chica canadiense que logró crear una linterna que funciona con el calor humano, ella fue premiada en un Google Science Fair donde se presentaron ideas más que interesantes y ella estuvo dentro de los quince finalistas de la edición 2013. Algunos de los proyectos van desde la utilización de cáscaras de banana para reemplazar al plástico tradicional, hasta el uso de cintas superconductoras para reducir el uso de tierras raras.

Uno de los más llamativos es el proyecto finalista de la joven canadiense Ann Makosinski, de 15 años, quien ha creado una linterna que utiliza el calor del cuerpo humano en vez de baterías.

https://www.abc.es/ciencia/20130701/abci-joven-anos-inventa-linterna-201307011706.html y te preguntaras ¿por qué es que hago referencia a esta chica? Su historia se reduce a que en los últimos días estuve escuchando conversaciones de jóvenes de entre los catorce y veintinueve años quejarse de las áreas de oportunidad laboral, becas en el extranjero e incluso de la oportunidad y oferta académica, lo que hizo cuestionarme en diferentes ocasiones cómo es que nosotros nos ponemos una venda sobre los ojos y comenzamos a justificarnos por nuestra situación y contexto actual.

A sí mismo, con Navidad y toda la temporada y campaña de solidaridad y empatía que se genera en estas fechas pude darme cuenta de que todos tenemos cierta disposición para ayudar al prójimo, sin embargo, lejos de resolver el problema a veces lo incrementamos. Pues bien y sin rodeos, cuento esta historia porque considero que con el nuevo año se vienen nuevos ciclos, nuevos objetivos y nuevas metas, no propósitos, porque un propósito es algo que se desea hacer, es simplemente eso, un “deseo”, ganas de hacer algo sin fecha sin estrategia sin un plan y no, no queremos una generación de propósitos, queremos una generación que cumpla objetivos y que le ponga fecha de entrega de finalizar proyectos e ideas que se hayan plasmado en papel para después ejecutarlas en la comunidad.

Con este 2020 surgen miles de expectativas, tenemos fe en que todo va a mejorar, en que nuestra actitud y nuestra vida se renueva, pero sabes… no soy de las que espera a que sea Año Nuevo para reconstruirme o replantearme proyectos y considero que en esta fecha, si bien es muy importante porque nos reunimos con gente que queremos, esas personas que nos van a alentar durante todo un año a seguir adelante, personas que van a seguir con nosotros y otras tantas que se quedan en el camino e incluso no llegan con nosotros a un nuevo año… pero qué más da toda esta arbitrariedad, el objetivo es el siguiente: Imagínate solamente lo que hizo una adolescente hace siete años atrás…

¿Cuál es el reto que nos vamos a fijar? Es momento de empezar a empoderar a los jóvenes en diferentes áreas y es la oportunidad de nosotros como jóvenes de aplicar esos sueños, convertirlos en ideas y tropicalizarlos para cumplirlos. Porque siempre podemos hacer algo, siempre podemos hacer más y es momento de creer en nosotros, las oportunidades están para quienes las están buscando al mismo tiempo que los retos y las amenazas también estarán presentes, todo depende de qué tanto quieres proyectar tu idea, qué tanto quieres proyectarte tú y qué tan comprometido estás para hacer tus sueños realidad. Todo se reduce a ti, no al país, no a la ciudad, no a la escuela, no al trabajo, tú pones los límites y también tú los quitas.

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La autora es comunicóloga y maestraen derecho corporativoJulscastrog@hotmail.com@juliacastrog