El éxito es para todos
La autora es Licenciada en Ciencias de la Comunicación.
“El valor de una nación no es otra cosa que el valor de los individuos que la componen”: John Stuart Mill.
Volteo a mi alrededor y veo gente muy fregona, emprendedora, capaz de crear desde los platillos de fruta más innovadores, hasta fabricantes o diseñadores de productos y servicios a nivel mundial, y esto hablando sólo de los guaymenses, que políticamente han sido tan castigados.
Sin embargo, es el paraíso donde me ha tocado vivir en los últimos años y me niego totalmente a mimetizarme en un entorno descuidado y destruido por falta de gestión y de programas de desarrollo.
No tiene caso enfocarnos en lo que está pasando o ya pasó, definitivamente el tema es ver qué hacer, cómo construir y exigir un mejor entorno y calidad de vida que propician los buenos servidores públicos, y son el reflejo de una sociedad que debe demostrar la capacidad de ser autodidacta.
Desde hace ya varios años que el sistema educativo ha modificado sus contenidos con enfoques totalmente incomprensibles o pensados mal, con el interés de tener un pueblo inculto más fácil de manipular.
Por sentido común debemos desarrollar la capacidad de utilizar la tecnología para nuestro crecimiento personal y profesional, para abrir nuestras oportunidades conociendo un sinfín de información con la posibilidad de desarrollar las áreas de interés o capacidades que se deseen, sin mayores limitaciones, sino todo lo contrario, con un par de valores fundamentales que debemos adoptar para tener éxito, hábitos y actitudes, para lo cual es interesante reconocer las actitudes de las personas con éxito, retomándolo de una publicación realizada por Andy Balley, director ejecutivo de la consultoría Petra Coach:
-Las personas exitosas aceptan el cambio.
La gente frustrada lo teme.
-Las personas exitosas hablan de ideas.
La gente frustrada habla de personas.
-Las personas exitosas aceptan la responsabilidad de sus fracasos.
La gente frustrada culpa a otros.
-Las personas exitosas comparten con los demás sus victorias.
La gente frustrada se lleva el mérito de los demás.
-Las personas exitosas quieren que otros tengan éxito.
La gente frustrada secretamente espera que otros fracasen.
-Las personas exitosas aprenden continuamente.
La gente frustrada se queda estancada.
-La gente exitosa irradia alegría, comparte datos e información, mientras que las personas sin éxito exudan la ira, los datos y la información la acaparan.
El éxito es para todos, vamos a convertirnos en personas exitosas y en un país exitoso.
No se logra de la noche a la mañana pero empecemos ya y compartamos las ideas buenas para llevarlas a cabo todos y todas.
La autora es Licenciada en Ciencias de la Comunicación, egresada de la Universidad Dr. José Matías Delgado, San Salvador, El Salvador C.A. fundadora de culturasonorense.org ex coordinadora operativa del Consejo Cultural Ciudadano.
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