El empoderamiento de la mujer y la prevención de la violencia

La autora es profesora de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey Campus Sonora Norte.

El 25 de noviembre se conmemora el “Día internacional de la eliminación de la violencia contra de la mujer”, como una fecha para hacer frente a una de las violaciones de los derechos humanos más graves, extendidas, arraigadas y toleradas en el mundo: la violencia contra mujeres y niñas.

Las Naciones Unidas definen la violencia contra la mujer como “todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado, un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada”.

Según la Organización Mundial de la Salud, una de cada tres mujeres sufrirá algún tipo de violencia a lo largo de su vida y en la mayoría de estos casos serán victimas de su pareja actual o expareja.

En México, al menos 6 de cada 10 mujeres se ha enfrentado a un incidente de violencia y se cometen nueve feminicidios al día.

Las estadísticas no son para nada alentadoras y demuestran que necesitamos con urgencia trabajar en la construcción de espacios seguros para niñas y mujeres.

Por lo anterior, resulta clave trabajar en el empoderamiento de la mujer, entendido como el proceso que permite el incremento de la participación de las mujeres en todos los aspectos de su vida personal y social.

Lo anterior se traduce en el desarrollo de oportunidades como acceso a salud, educación, vivienda y empleo.

Una mujer empoderada es independiente financieramente, tiene una vida autónoma y es capaz de tomar las decisiones que definen su existencia.

Esa soberanía en todas las áreas, le otorga la posibilidad de salir de relaciones violentas y de buscar la ayuda que requiere cuando se encuentra en situaciones de peligro.

Las niñas y mujeres deben entender que ninguna situación justifica ser víctima de violencia, en cualquiera de sus formas, por ello es urgente trabajar en que se reconozcan las diversas formas de violencia: sexual, psicológica, laboral, económica, entre muchas otras.

El primer paso es que puedan identificarlo y el segundo es que se conciban a sí mismas como seres capaces de alejarse de estos entornos.

El empoderamiento es la fórmula más efectiva para frenar la violencia contra de mujeres y niñas, pues en la medida que nos asumimos como seres en igualdad, exigimos un trato justo, en equidad de oportunidades y libre de cualquier forma de violencia.

Este 25 de noviembre debe ser una invitación expresa para que hombres y mujeres se sumen en la erradicación de la violencia.

La autora es profesora de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey Campus Sonora Norte y Directora de la Agrupación George PapanicolaouHermosillo.

@PaulaTakashima

paulatakashimaaguilar@gmail.com