El Día de las Naciones Unidas
La autora es periodista, docente universitaria y maestra en Ciencias Sociales por la Universidad de Sonora.
Estimado único lector, hoy prometo no atiborrarte de cuestiones académicas ni reflexivas ni de comunicación ni plantear ningún cuestionamiento -aunque no sé si esto último me sea posible, pero trataré.
Hoy quiero compartir algo más universal y para eso daré primero un paseo contextual por la conmemoración del Día de las Naciones Unidas.
Ayer la Organización de las Naciones Unidas (ONU) alcanzó 75 años y en el contexto de actividades presenciales era normal observar en planteles educativos de nivel básico a los infantes ataviados con vestimentas alusivas a diferentes países, dibujos hechos en cartulina -con mucha dedicación y creatividadpara representar al mayor número posible de naciones a través de sus banderas.
El 26 de junio de 1945 se firmó la Carta de las Naciones Unidas y entró en vigor el 24 de octubre de ese mismo año; así fue como se institucionalizó dicha conmemoración.
Pero fue hasta 1948 cuando inició la celebración del Día de las Naciones Unidas.
Dicha carta es un tratado que estipula la fundación de la ONU, su organización, constitución y propósito.
La ONU tiene diversos propósitos, pero deseo enfocarme especialmente en uno: “reafirmar la fe de los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas”.
Procurar mejores condiciones de vida, a través de metas profesionales, académicas o personales, se consagran en el derecho de igualdad y dignidad.
Por razones académicas he tenido la oportunidad de convivir de cerca con personas de una nacionalidad diferente a la mía; de todos los siglos, mundos y espacios para coincidir, han elegido la Ciudad del Sol para echar otras raíces.
Con la añoranza a cuestas han llegado a esta tierra llena de contrastes, de sabores y olores desconocidos, han dejado el Sol y la Luna que los vio nacer para empezar bajo otro cielo que hoy los cobija, y al cual agradecen.
En el contexto del Día de las Naciones Unidas, dedico estas líneas a todas las personas que sin ser mexicanos de nacimiento han encontrado en la geografía nacional motivos para quedarse, propósitos para seguir y echar otras raíces, especialmente a quienes radican en esta ciudad capital.
No importa su país de origen, todos ellos enriquecen nuestra identidad como sociedad.
Pero, además, la amistad y la cultura del esfuerzo no saben de ideologías políticas, de conflictos entre naciones ni de fronteras.
Dedico estás líneas especialmente a mis amigas Yaneisi, Cira y Gretter.
La autora es periodista, docente universitaria y maestra en Ciencias Sociales por la Universidad de Sonora.
linmendivil@gmail.com