El debut soñado
El autor es pitcher de los Sultanes de Monterrey, fue Novato del Año LMP
El año 2003 siempre lo tendré muy presente en mis recuerdos, gracias al gran avance en la carrera de su servidor, empezando con mi llegada a la liga Doble A en Texas con el equipo de los Diablos del Paso, ahí compartí departamento con Jesús Cota y Scott Hairston.
Siempre lo he dicho, el beisbol es de oportunidades y más estar listo para aprovecharlas. Resulta que en ese tiempo en el equipo de los Diamondbacks se lastimó Curt Schilling y de la Triple A llamaron a Chris Capuano, dejando un lugar en el róster de abridores, por lo cual tenían que cubrir ese lugar y es cuando me hablaron para subir, me comentaron que solamente iría por dos semanas, la verdad yo encantado de la vida, ya que era un escalón más para llegar a las Grandes Ligas.
Llegando a Tucson con el equipo de los Sidewinders, me doy cuenta que es muy diferente a los demás niveles por ser la antesala de las Grandes Ligas, el trato es distinto, los compañeros de equipo ya mayores y con mucha experiencia en este bello deporte.
Me mantengo alrededor de un mes lanzando tremenda pelota, un día me llamaron a la oficina del mánager para decirme que ya no estaría en el equipo, que me tenían que mandar a otro lugar porque ésa era la orden; se imaginarán mi sorpresa y susto, no era para menos, pregunté por qué habían tomado esa decisión, la respuesta fue sorprendente: Vas a lanzar pasado mañana en San Diego contra los Padres.
En ese momento no podía creer que me estaban subiendo a Grandes Ligas, salí llorando de la emoción e inmediatamente le llamé a mis padres para darles la noticia, no me importó despertarlos, en Monterrey eran dos horas más, exactamente la 1:00 de la madrugada.
Me contestó mi querida madre sorprendida por la hora tan tarde, pero al comentarle que tenía un hijo en las Grandes Ligas no podía creerlo e inmediatamente despertó a mi padre para darle la noticia, está por demás decir que los dos súper contentos al saber que todo el esfuerzo y dedicación que desde niño hice no había sido en vano y se me cumplía el sueño de jugar en las Grandes Ligas.
El estar en la rotación de lanzadores abridores junto a Randy Johnson, Curt Schilling, Miguel Batista, Élmer Dessens y Brandon Webb, era lo máximo, nunca me imaginé compartir con ellos tantos momentos y menos tan rápido, en solamente un año y dos meses se me cumplió el sueño de todo pelotero gracias a la disciplina, dedicación y sobre todo confianza de creer en mí mismo, que podía lograrlo.
Les quise compartir esta bonita etapa de mi vida, ya que mucha gente no sabe todo lo que cuesta llegar al mejor beisbol del mundo. Se despide de ustedes su amigo Édgar ‘El Perrón 54’, deseándoles bonitas fi estas y una muy feliz Navidad y próspero Año Nuevo.