Descubrir talento no es fácil
Productor de televisión y contenidos digitales
Al ver o escuchar a conductores de televisión y locutores de radio, la pregunta que surge entre muchas personas del público es la siguiente: ¿Cómo fue que llegaron a ser seleccionados para aparecer en pantalla o hablar ante el micrófono?
Formar talento para los medios es una tarea titánica, absorbente, satisfactoria pero igualmente puede resultar frustrante.
La metodología de un casting, es algo que muchos dicen conocer, creen que solamente con hacer algunas preguntas y ver cómo registra en video o audio el aspirante al reparto.
No es así; un casting es algo delicado, porque más allá de rechazar o aceptar al prospecto, la decisión repercute en muchas personas más.
En 27 años de carrera, tuve la oportunidad de conocer el método para dirigir audiciones, y de verdad, es un proceso que nunca se deja de aprender y que debe tener la capacidad de adaptarse a las necesidades.
Lo interesante es cuando se puede detectar ese talento que es natural, que viene integrado a la personalidad y que puede encajar perfectamente en el gusto del público.
En la industria cinematográfica, el casting es esencial.
Los productores encargan a empresas y profesionales en la materia, los perfi les que deben reunir actores y actrices para obtener el papel. No es una persona la que hace el casting, es todo un equipo que tiene funciones asignadas para ir filtrando al talento.
Los castings mueven millones de dólares en la industria del celuloide.
Las agencias de talento son fuente de ingreso de miles de personas y son autoridad en poder seleccionar quién sí y quién no serviría para el personaje que demanda la dirección de una producción.
En México, el casting aún lo podemos considerar “pervertido” por los criterios de las altas esferas de la industria del entretenimiento.
Aunque Estados Unidos no está exento del tráfico de influencias en el mundo del espectáculo, en nuestro país, el “empirismo” a la hora de hacer audiciones, es lo que puede dañar el resultado. Un casting mal hecho, puede echar abajo la labor del director y la producción puede sufrir consecuencias terribles, que se traducen a millones de dólares perdidos en taquilla o un rating decepcionante.
La industria mediática en México puede tener acceso a talentos que perfilan una exitosa trayectoria.
Emilio Azcárraga Milmo, quien fuese presidente de Televisa desde 1973 a 1997, era el que daba la última palabra en cuanto al casting de las telenovelas estelares.
Nunca se equivocó y su visión y la de directores como Valentín Pimstein y Ernesto Alonso, forjaron toda una pléyade que llevó el nombre de México a todo el mundo en materia de entretenimiento.
Los altos directivos de TV Azteca nunca lograron emular lo que Azcárraga ya tenía como rutina.
Solamente Elisa Salinas fue quien impulsó la selección de talento de la mano de productores como Víctor Hugo O´Farrill y Epigmenio Ibarra.
Los castings locales pueden llegar a ser muy “silvestres” y las consecuencias las padecería el público y los anunciantes.
No ofrecer actores, conductores o locutores, dignos del respeto del auditorio, demerita en la evolución de los contenidos en un mar de competencia feroz por ver quién es escuchado o visto primero.
A lo anterior, sumamos que las escuelas de Comunicación no aportan con la formación de perfiles para la televisión y la radio.
Daniel Ríos
Productor de televisión y contenidos digitales. Twitter: @Danyrivers