¿Cuánto cuesta el perdón?
El autor es comunicólogo y creador de contenido independiente.
Perdonar no cuesta nada, pero no perdonar nos va a costar toda la vida.
Costará una vida llena de amargura, rencor y resentimiento, se irán años que nunca van a volver y se alejarán para siempre personas que amamos, buscaremos compañía y encontraremos soledad, pagaremos por sonrisas pero recibiremos lágrimas.
Retener el perdón nos va a costar todo por lo que vale la pena vivir, y sé que perdonar es difícil, sin embargo, es más difícil vivir con el hecho de que al final de nuestra vida, en el lecho de muerte, en lugar de estar rodeado de personas que amamos, estaremos rodeados sólo por remordimientos, y entonces, cuando ya se nos haya acabado el tiempo, nos daremos cuenta de que daríamos cualquier cosa por recibir o dar un abrazo y por escuchar o decir un “te amo”.
Desearemos tener más tiempo o incluso poder vivir de nuevo para amar más y odiar menos, para perdonar más y escuchar menos la voz del ego y del orgullo.
Porque si el ego y el orgullo dirigen nuestra vida, te garantizo que el destino no será otro más que la desdicha, la desolación y el olvido.
Pedir perdón y perdonar es como clavar una daga justo en el corazón del ego y derrumbar los muros del orgullo para abrirle paso a nuestra sanidad interna.
Así que de hoy en adelante, afilemos todos los días esa daga con amor, compasión y empatía.
Es cierto que hay personas que nos provocaron el peor dolor de nuestra vida que quizá no merezcan ser perdonadas, pero el perdón no es para beneficiarlas a ellas, es para beneficio nuestro, lo importante no es juzgar si merecen nuestro perdón o no, sino recuperar nuestro bienestar mental y emocional.
Por lo tanto, tenemos dos opciones:
Recorrer día tras día esas sendas dolorosas y maquillar nuestras heridas en lugar de sanarlas; o podemos liberarnos mediante el perdón, dejando atrás para siempre todo aquello que nos causó dolor.
Nosotros dejaremos este mundo algún día, pero inevitablemente nuestros actos trascenderán en nuestras generaciones, así que preguntémonos cada mañana:
“¿Cuál va a ser mi legado?”, “¿Amor, resiliencia y ejemplo?”, “¿O acaso será un legado de dolor, rencor y amargura hasta la tumba?”.
¿Cuánto cuesta el perdón?, sólo tú le puedes poner precio:
¿Nada? o ¿todo?... la decisión es nuestra.
El autor es comunicólogo y creador de contenido independiente.
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