Comunicación en las organizaciones de hoy
El autor es periodista con más de 30 años de experiencia.
¿Recuerda aquellas películas en las que una persona empujaba un carrito con documentos que entregaba a gente sentada frente a un escritorio o bien a quien ocupaba una oficina?
Y era un carrito (o dos o tres), que circulaba por cada piso, acorde al tamaño de la organización, que entre más grande, más personal trabajadora ocupaba y en consecuencia mayor correspondencia había.
Las oficinas eran aquellos grandes edificios que llegaron a tener empresas como General Electric, entre muchas otras, sobre todo de carácter internacional.
Ese era el tipo de comunicación que se manejaba entonces que prevaleció sobre todo de los cuarentas a los setentas y en algunos casos hasta los ochenta y cuya obsolescencia fue notable pues fue cuando dichas organizaciones cambiaron su sistema y se conformaron tipo franquicia que es punto y aparte de este tema y a tratar en otro momento.
Regresemos.
Ese sistema informativo tenía su chiste pues la documentación proporcionada revestía un nivel o grado de importancia conforme al color del sobre en el que llega.
Así, por poner un ejemplo dichos colores de sobres conformaron un simbolismo de tal suerte que el azul tenía un tipo de información, el amarillo otro y así sucesivamente.
Los empleados que recibían la correspondencia conocían de antemano su suerte por el color del empaque que, o bien era despido, ascenso, descenso, felicitación o más trabajo.
No se requerían muchos colores.
Las contrataciones se hacían dependiendo el departamento: un piso para contabilidad, otro para venta y mercadotecnia, uno más, los pisos de mero arriba para las jefaturas máximas –tradición que aún prevalece–, allá abajo en el sótano se daba el manejo de correspondencia y así por el estilo.
Ahora lo que ha cambiado es el estuche.
Ya no son sobres, sino correos electrónicos y los mensajes suelen ser dirigidos conforme al objetivo, eso sí, algunos son más urgentes que otros y en este tenor se establece una comunicación palpable pues debe quedar por escrito debido a que, en caso de que algo salga mal, debe haber un culpable que pagará con despido o demanda o cualquier otro tipo de castigo.
Las secretarias o ayudantes, reforzaron su posición en la organización.
Si antes era con documentos escritos en papel, ahora lo es con tecnología.
De allí su importancia al conformarse en la columna vertebral en materia de comunicación interna y esto lo saben muy bien los jefes que a diario trabajan con ellas a un lado.
Se podrá pensar que todo dirigente puede hacer ese trabajo por sí solo, pero no es cierto.
Incluso hay jefes que cuentan con una secretaria o secretario para el envío de información y otra (otro) para que coordine su agenda.
Es lo normal.
Y la codependencia es brutal y se lo voy a demostrar con una simple pregunta a usted que es jefe en cualquier organización y cuenta con secretaria: ¿cuál es la clave de la computadora de su secre?
Pero la comunicación sigue transmutando.
Ahora las grandes organizaciones, para evitar el espionaje industrial, las traiciones en valor presente y futuro, así como malos entendidos, realizan esa mencionada comunicación de manera verbal, con un lenguaje propio con una reglamentación debida –por ejemplo, si hablan de un negocio mencionan proyecto uno, dos o tres–, de tal manera que ponen candados en su hablar manejado vía Whatsapp o sus herramientas tecnológicas internas muy propias, cuidando mucho entonación de la voz, no revelar detalles de sus operaciones y un largo etcétera.
¿Y con el coronavirus?, pues la novedad, que ya se está haciendo costumbre, es que tratan los asuntos cara a cara mediante plataformas como zoom u otros parecidos de tal manera que la comunicación dio un avance impresionante por su utilización, que a su vez acarreará otros fenómenos.
Pero es muy temprano aun para conocer qué efectos habrá con este tipo de comunicación pues de entrada, los jefes principales de las grandes organizaciones no gustan de dar a conocer la información que proporcionan mediante el zoom pues revelan información con sus cuerpos o gestos… pero este es un tema que trataremos en su momento.
El autor es periodista con más de 30 años de experiencia.
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