Cómo dedicarte a la nutrición y no morir en el intento

El autor es licenciado en nutrición, escritor literario, asesor y capacitador.

Todos a lo largo de la vida tenemos sueños, metas por cumplir y una de ellas es el estudiar una carrera y dedicarte a una profesión, ya sea por gusto, por las posibilidades económicas que puede generar o simplemente por imposición familiar y tradición de esta. En cualquiera de los casos la realidad es que el mercado y mundo laborar es muy complicado. La verdadera escuela empieza el primer día que sales de la carrera y te topas con la sociedad y una realidad muy complicada para crecer y desarrollarse.

Todas las carreras en sí son complicadas y al momento de estar en ellas, tenemos toda la ilusión de salir y comernos el mundo, ideas de cambiar un aspecto relacionado a lo que vamos a estudiar, pero al final la teoría y la práctica son muy diferentes y en particular cuando hablamos de profesiones ligadas al área de la salud, una zona muy compleja, delicada y que requiere un grado de estudio extra, que si no las ves como una vocación profesional, no le veo el caso de inscribirte en alguna de ellas.

Hablando mas específicamente del área de nutrición, que es la carrera que yo elegí hace 10 años, era una carrera que tenía muy poca o escasa demanda, hoy en día está saturada en las universidades y a lo largo del proceso de formación vas identificando y aprendiendo las distintas áreas de oportunidades del Nutriólogo, desde el área clínica-hospitalaria, servicio de alimentos, área comunitaria, de gobierno, consulta privada o pública, investigación entre otras. El día que pones un pie fuera de tu alma mater, te vuelves vulnerable, ya no tienes el cobijo ni de tu institución, ni de tus padres si es que te pagaban tus estudios y te tienes que desenvolver por ti mismo y te encuentras con la primera barrara, que esto aplica para todas las profesiones, la barrera social e institucional de la experiencia.

La experiencia es algo clave obviamente para poder desempeñar una labor, entre más tengas, mayor facilidad tendrás de realizar las tareas diarias de una manera más sencilla y cuando llegas a solicitar un empleo te piden experiencia, cursos, diplomados, como si hubieras salido de estudiar hace 30 años.

Todas las personas o la gran mayoría un día empezaron sin experiencia y a base de error y aprender fueron obteniendo la práctica para aplicar la teoría de la manera más eficiente. El caso de la nutrición es muy especial porque es muy difícil desempeñar esta profesión y que realmente impacte o tengas “éxito”, y al final el refugio de la mayoría es poner un consultorio propio, que es la herramienta inmediata para poder tener un ingreso semanal o mensual, pero tampoco todos tienen acceso a esto ya sea porque no tienen los medios o el apoyo y sustento familiar. Por otra parte, la otra mitad busca una oportunidad en una institución de gobierno, cosa que, si no presentas algo novedoso o no tienes un acceso directo, es muy difícil ingresar y ahí vienen las frustraciones y desilusiones, después de concluir tus estudios.

Para nadie es una realidad que la situación de México en materia laboral es complicada, pero tienes que buscar la manera de reinventarte, de flexibilizar el sistema, de tocar mil puertas, porque al final una de ellas se abrirá y va a ser una pequeñita, pero que, si tienen la inteligencia, creatividad y actitud, te dejará ver una baraja de oportunidades que te pueden llevar más lejos de lo que tú habías pensado.

Busca, reinventa, sé creativo, transforma tu entorno, ve las necesidades, las deficiencias, y si la oportunidad no se da donde estás, México tiene 32 estados donde puedes ir y aplicar. En ocasiones lo más difícil es salir de tu zona de confort, pero al final las posibilidades están donde menos esperas e incluso a veces están esperando por ti.

  

El autor es licenciado en nutrición, escritor literario, asesor y capacitador.