Ciudadano respetable de nuestra comunidad

El autor es Lic. en Derecho por la Unison, excatedrático universitario de Derecho Laboral, con 44 años de especialidad en asesoría empresarial.

El pasado 30 de agosto Alfonso inicio su última carrera, pero ahora sin regreso, dejando a su esposa Tere Ayala y a sus hijas Marcela, Alejandra y Carolina, sumidas en insoportable dolor de no volver a verlo; todavía no se reponían de la partida de Sandra Gisela y ahora sucede el infausto acontecimiento.

Conocí a Alfonso en mayo de 1955, con motivo de un campeonato estatal de atletismo intersecundarias, yo representaba a la Mártires de 1906 de Cananea, y él a la secundaria de la Unison.

La pista atlética la trazaron a espaldas del edifico de Rectoría, frente al edificio del Hospital General del Estado, era de tierra agrícola, muy blandita y suelta.

Alfonso corría 100, 200 y 400 metros, carreras que ganaba con facilidad, y así duró constante como unos ocho años aproximadamente.

Brilló en los juegos deportivos universitarios del noroeste, en los que participaban Chihuahua, Baja California, Sinaloa y Sonora, celebrado en Hermosillo 1958 y en el Itson 1959.

Ganó 100, 200, 400 y relevo de 4x100.

Ya en el nuevo estadio olímpico de atletismo “Miguel Castro Servín”, Alfonso y el “Tepupa” Muñoz, en competencia de exhibición, corrieron contra Santiago Plaza, campeón nacional de 100 metros planos, que en 1961 hizo 10.4 segundos.

Los mejores tiempos de Alfonso fueron en 100 metros 11.2 segundos; en 200 metros 23.2 segundos, y en 400 metros 53.1 segundos.

Representó a Sonora en el campeonato nacional de atletismo celebrado en ciudad Sahagún, Hidalgo, en 1961, ganó tercer lugar en el relevo de 4x100.

Cuando pasó a la carrera de Derecho, alternó impartiendo clases de Educación Física en la secundaria universitaria y fue miembro del grupo de “La Block” que eran famosos de los bailes rancheros de la universidad.

Por méritos propios, dado el conocimiento que tenía del deporte, fue designado por la doctora Alicia Arellano -presidenta municipal de Hermosillo en el trienio 1979-1982- director de la Unión Deportiva Municipal de Hermosillo, puesto que ocupó los tres años.

Así debía ser todos con los que llegan a dicho cargo, por que la historia nos enseña que muchos lo han ocupado sin saber que las pelotas redondas vienen empacadas en cajas cuadradas.

Alfonso colaboró desinteresadamente en varios eventos deportivos de apoyo al Instituto Municipal del Deporte, en caminatas deportivas de este municipio, las ligas de beisbol infantil y juvenil, y jugó softbol con el Club Cananea en la liga sabatina Mezquital del Oro.

Al titularse de abogado, incursionó en juzgados mercantiles, civiles, penales y tribunales laborales, donde gracias a su don de gente buena y sana, fácilmente cultivo amistades de litigantes y funcionarios judiciales.

Fue un caballero, excelente padre de familia y cariñoso hermano.

En el año 2007 fue entronizado al Salón de la Fama del Deportista Sonorense, por su destacada participación en el atletismo universitario y aporte a la promoción deportiva de Hermosillo.

Se fue un gran hombre: Alfonso Romero Huerta.

Un abrazo fraterno a su familia y les envío mi deseo de que pronto encuentren cristiana resignación.

Y a seguir adelante.

El autor es Lic. en Derecho por la Unison, excatedrático universitario de Derecho Laboral, con 44 años de especialidad en asesoría empresarial.

Autor del Libro “Practica Laboral Forense”.

f-cordova@hotmail.com