Adecuado ambiente de trabajo

El autor es periodista con más de 35 años de experiencia

Se supone que todas las estrategias enfocadas al incremento de la productividad en cualquier organización recae en varios factores amarrados con procesos adecuados –planeados con anterioridad--, y entre cuyos resultados prevalece uno de entre todos: armonioso ambiente de trabajo.

El espacio físico donde se desarrolla una labor, o bien, la correlación jefe-colaborador así sea vía cibernética como ocurre en esta pandemia, debe estar aparejado a una sintonía de buenas maneras donde el respeto es el estándar y lo contrario la excepción.

Un ambiente estresante, emotivamente inadecuado se percibe de inmediato en cualquier organización del tamaño que sea.

Esto obedece a situaciones tan simplonas como el mal carácter del jefe, la manzana podrida influyente entre los colaboradores, el cejo fruncido, la boca chueca, el tonito desconsiderado al hablar, hasta la forma de vestir inadecuada o bien, el refunfuñar para quien debe realizar una tarea por la cual está en esa estructura de trabajo.

Hay jefes y colaboradores que ponen el ejemplo de buen humor, aunque su hogar sea un desastre, pero saben que los problemas no deben llevarse al lugar de trabajo y visceversa. Esto se entiende y parece natural, pero hay quienes no saben cómo lograr llevar la fiesta en paz en ambos sitios, por ello los especialistas, sobre todo en organizaciones empresariales, han conformado cursos relacionados con la administración del tiempo.

En las ocho horas en un trabajo o en las horas que sean dedicadas a una actividad –dependiendo del tipo de organización--, existen tiempos en los que el colaborador terminó con su tarea y no encuentra más qué hacer. Unos se divierten con juegos de computadora –el solitario, buscaminas o todos aquellos que traiga la computadora—y otros se dedican a hablar y hablar con sus cercanos.

Y en esa interacción producto del ocio es cuando sobrevienen los conflictos relacionados con grillas, buylling, maltrato sicológico, acoso sexual, lo más ácido de las críticas –con destino horizontal y vertical--, así como el hecho de que salen a relucir sueños rotos, sinsabores, pesadumbres, las problemáticas del hogar, lo disgustado que se está con la vida, que el sueldo no alcanza y un sinfín más de temas.

Al día siguiente inicia de nueva cuenta este tipo de situaciones hasta conformar un proceso difícil de romper y que al contrario, logra que los temas se profundicen, se enraícen y causen un acumulamiento que no lleva a nada bueno. ¿Qué hacer?... primero hacer un diagnóstico para dar paso a las soluciones precisas, lo cual amerita otro artículo al respecto.

El autor es periodista con más de 35 años de experiencia, LAE, MCO, DAP. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de CEO, Consultoría Especializada en Organizaciones…Correo electrónico: archivoconfidencial@hotmail.com   Twitter:

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