Seis semanas, un tsunami humano en Europa y una Polonia admirable
Seis semanas, un tsunami humano en Europa y una Polonia admirable, escribe Arturo Sarukhán en #ColaboraciónEspecial
La huida masiva de refugiados de Ucrania ha creado una crisis humanitaria que eclipsa todo lo visto en Europa desde 1945. Más de cuatro millones de personas han llegado a países vecinos, y mientras continúe la guerra salvaje iniciada por Rusia, millones más huirán. Sin duda alguna, la reacción de Polonia ha sido estelar. Si bien persisten críticas por su negativa a permitir que refugiados provenientes de otros países ingresen al país, pocos negarían que los esfuerzos polacos de las últimas semanas han sido extraordinarios. Varsovia, una ciudad de alrededor de 1.6 millones de habitantes, alberga ahora a más de 300 mil refugiados, muchos de los cuales duermen en centros de acogida instalados de manera expedita. En seis semanas, los polacos han montado una respuesta extraordinaria a una crisis de refugiados que ha visto llegar al país a 2.5 millones de ucranianos. Alrededor de una de cada 10 personas en Polonia es ahora ucraniana. Toda una nación se movilizó, desde los trabajadores ferroviarios hasta decenas de miles de voluntarios que lo dejaron todo para ayudar en la frontera, estaciones de tren y centros de refugiados. Hay comida gratis para los refugiados en cada esquina de las ciudades. Las escuelas han dado la bienvenida a nuevos alumnos y cientos de miles abrieron sus hogares. Los recién llegados pueden quedarse por lo menos 18 meses y todos tienen derecho a trabajar.
Hay una serie de razones por las cuales esta crisis se está convirtiendo en el mayor triunfo de Polonia desde que la sociedad tumbó al régimen comunista en 1989. De manera destacada, aprendieron del pasado. La primera invasión rusa a Ucrania en 2014 detonó una oleada de más de un millón de ucranianos hacia el oeste y se convirtió en un ensayo general de las políticas que se están instrumentando ahora. Con base en esa experiencia, los tomadores de decisiones ya sabían varias cosas: que habría mucha gente en movimiento; que se integrarían bien si se les ayuda; y lo más importante, tendrían que dispersarse por todo el país para evitar la carga onerosa de vastos campamentos fronterizos de refugiados. Sin embargo, las semanas se están convirtiendo en meses. Las ciudades están saturándose y los voluntarios comienzan a regresar al trabajo o la universidad. A medida que los recursos son cada vez más escasos, sin que el fin de la guerra esté a la vista y con más de 20,000 refugiados que siguen cruzando a Polonia cada día, una pregunta flota en el aire de los cielos de Europa del este: ¿cuánto durará la bienvenida polaca? Las acciones de respuesta a los refugiados requerirán que Polonia gaste quizás el 3% de su PIB este año.
La escala de esta crisis es asombrosa y aún se encuentra en sus primeras etapas. Hacerle frente exigirá más coordinación, imaginación, fondos y determinación tanto en Europa como por parte de Estados Unidos. El bombardeo indiscriminado es parte de una estrategia rusa para desmoralizar a la sociedad ucraniana y empujarla hacia países vecinos, donde su presencia puede ser desestabilizadora y donde está calculada para propiciar divisiones y tensiones internas en Europa.