Remesas, migración y presupuesto
"Remesas, migración y presupuesto" escribe Enriqueta Cabrera en #ColaboraciónEspecial
Las remesas enviadas a México desde Estados Unidos en 2021, alcanzaron su nivel más alto en la historia: 51.6 millones de dólares, según reportó el Banco de México. Fueron entonces y continúan siendo las de ahora, la salvación para miles y miles de hogares en México, así como para la economía del país y el sistema financiero, según reporta el Banco de México. Decenas de miles de familias en México dependen de las remesas.
Mala noticia el anuncio del Presidente de que habrá otra reducción presupuestal, "otra vuelta a la tuerca", dijo con la austeridad franciscana, o sea nuevo recorte del gasto. ¿Estará pensando en un crecimiento de las remesas?
Tonatiuh Guillén, investigador del PUED de la UNAM, y quien fuera responsable del Instituto Nacional de Migración, considera que las remesas se han convertido en una cuestión vital y cada vez más importante y estratégica. No son una simple cifra accesoria, ahora son parte de un componente esencial de la estructura económica del país. El doctor Guillén hace un comparativo de las remesas con el presupuesto federal que arroja el siguiente resultado: todo el presupuesto federal destinado a educación en 2021 apenas representa el 32.7 por ciento de las remesas, mientras en el presupuesto de ese año, el destinado a salud equivale al 14.1% de las remesas.
En los años 70, las remesas en México eran un factor de importancia relativa para las familias en diversos estados. Hoy resultan indispensables, sustituyen incluso obligaciones o incapacidades del Estado, de cuya acción social se están haciendo cargo migración y remesas. De manera que las remesas ocupan un lugar cada vez más amplio y crucial. Mientras la migración va tapando agujeros de lo que debiera ser la responsabilidad y la acción social del Estado. La interrogante es evidente: ¿puede la migración a través de las remesas sustituir las funciones sociales que corresponden al Estado? ¿Se pretende que así sea? La dinámica actual, resulta ya evidente que empuja hacia allá. Sin importar lo que socialmente implica a las familias y las sociedades, en la migración hacia Estados Unidos, "necesidad obliga".
Es ya una realidad en México que las remesas forman ya parte de las funciones del Estado y de los gobiernos. ¿Pueden y se van convirtiendo en suplentes funcionales de incapacidades e inacción de los gobiernos federal o estatales?
Tonatiuh Guillén da varios ejemplos relevantes. El caso más crítico, señala, es el de Michoacán. "El año pasado recibió 97.2 millones de pesos por remesas, cantidad inmensa que equivale a 128.5% del presupuesto total del Estado para el mismo año. Desde la perspectiva de las familias michoacanas, es mucho más lo que reciben mediante remesas, que lo que alcanzan a recibir del gobierno estatal en servicios y funciones públicas que le corresponden". De manera que migración y remesas forman ya parte de una articulación estructural de lo que representan las remesas, frente a acciones del gobierno proporcionalmente menores.
Lo mismo ocurre en otros estados con tradicional y elevada migración. El doctor Guillén considera los casos más dependientes de las remesas: Guanajuato, 94.1% Guerrero 83.6; Zacatecas 101.6% (como porcentaje de los gobiernos federales).
No debiera ser aceptable que las familias mexicanas sean cada vez más dependientes de las remesas, como acontece incluso de manera creciente, lo que es de suponerse que renueva la dinámica de volver a migrar como solución a necesidades económicas, familiares, sociales, laborales. Remesas y gobiernos indolentes e irresponsables frente a sus obligaciones es social, económicamente inaceptable.
Por cierto que la declaración del Presidente de que va a reducir el presupuesto federal como si fuera suficiente, puede desembocar en una austeridad a rajatabla. ¿Pensará que pueden hacerse cargo de su llamada "austeridad franciscana" las remesas esperadas?
Un comentario final, ¿y las familias mexicanas? México vive un hecho: su mayor dependencia histórica de las remesas por los montos de millones de dólares que llegan al país, y por los millones de mexicanos que dependen de las remesas.