Intentando entender a Putin: la conexión Siria-Ucrania
Intentando entender a Putin: la conexión Siria-Ucrania, escribe Mauricio Meschoulam en #ColaboraciónEspecial
Estos días, mientras ocurrían los ejercicios militares de Rusia en las distintas fronteras ucranianas y en el Mar Negro, otro componente de estos mismos ejercicios aparentemente pasó desapercibido en muchos medios: la inclusión de Siria. En el texto de hoy recordamos y revaloramos cinco ángulos al respecto.
1. El factor sirio como contribuyente al ascenso de tensiones Rusia-Occidente.
Siria ha sido una zona de influencia de enorme importancia para Moscú desde hace décadas. Para el Kremlin, Siria es al mismo tiempo puerta de salida hacia el Mediterráneo -a través de la base naval que tiene en ese país desde los años setenta- y puerta de entrada al Medio Oriente. En la Guerra Fría, Siria era un socio crucial para contener a Washington y a su aliado Israel. Moscú fue durante años el principal proveedor de armas de los Assad.
Como antecedentes, hay que considerar la expansión de la OTAN -la alianza rival de Moscú- en Europa, los planes, entre 2002 y 2008 para el despliegue de misiles estadounidenses en Polonia, así como la invasión rusa a Georgia en ese año. Pero no sólo eso, sino que, tras la Primavera Árabe del 2011, la OTAN se movilizaba para intervenir militarmente en Libia. En Siria, país en donde iniciaba una guerra civil ese mismo año, los países occidentales estaban apoyando a la rebelión en contra del presidente Assad, aliado de Moscú. Siria fue, por tanto, desde entonces, una línea roja que Putin decidió defender de manera contundente.
2. El factor sirio como espejo de Ucrania.
Para 2014, mientras ardía la guerra en Siria, ocurre en Ucrania el movimiento social del Maidán y el derrocamiento del presidente prorruso Yanukovich. Ya entonces, Putin estaba dispuesto a exhibir su resolución y capacidad para defender los territorios que consideraba como sus órbitas de influencia o seguridad. En 2014, Rusia anexa la península de Crimea e impulsa la rebelión separatista del este ucraniano, y en 2015, Rusia decide ya no sólo apoyar a Assad en Siria mediante armamento, entrenamiento y financiamiento, sino mediante una intervención militar directa.
3. El factor sirio como espacio para demostrar compromiso con las alianzas.
Mediante su intervención en Siria, Moscú mostraba que estaba dispuesta a respaldar a sus aliados con toda la fuerza que hiciera falta. Ello importaba porque ocurría después de siete años de Doctrina Obama, tras la cual Washington había sido muy cuestionada precisamente en esta materia.
4. El factor sirio como demostración de fuerza.
Al margen de Assad, Rusia quería demostrar que estaba dispuesta a usar la fuerza para garantizar sus intereses, a pesar de las sanciones diplomáticas y económicas que pesaban en su contra, a pesar de contrariar los intereses de Washington y sus aliados, y a pesar de, en ese momento, encontrarse en una situación económica enormemente débil. Rusia no estaba peleando en Siria sólo con lo necesario, sino con más de lo necesario. Probó, por ejemplo, armamento que estrictamente no necesitaría para ejecutar sus ataques.
5. El factor sirio en Ucrania, de vuelta al presente.
Hoy, la situación de Assad es completamente diferente tras haber recuperado buena parte del territorio que llegó a perder. La posición geoestratégica de Moscú se consolidó. La rebelión apoyada por Occidente quedó brutalmente reducida. Por tanto, Rusia se afirma como la potencia con la cual hay que negociar casi para cualquier asunto relacionado con esa zona. Lo saben bien Irán o Israel, por ejemplo. Todo eso nos quieren recordar los ejercicios aéreos y navales rusos conducidos desde Siria, de manera paralela a los que están siendo llevados a cabo por Moscú en todas las fronteras de Ucrania. Hay que conectar los puntos.
Mauricio Meschoulam
Twitter: @maurimm
Analista internacional