El censo en su laberinto
Profesora-investigadora de El Colegio de Sonora en el Centro de Estudios en Salud y Sociedad. Correo electrónico: lcastro@colson.edu.mx
Por Ana Lucía Castro Luque
Como es conocido, en marzo el INEGI echará a andar la maquinaria censal y un ejército de 150 mil personas pasará casa por casa recolectando datos sobre las viviendas y sus moradores. Es tal la dimensión de este ejercicio que según declaraciones del Dr. Julio Santaella, presidente del organismo, de los 16,579 millones presupuestados para este año, se destinará el 53.5% (alrededor de 8,600 millones) para el levantamiento, el proceso de validación, las tareas de captura y por supuesto la presentación de los resultados. Dicho sea de paso, el Inegi, como pocas instituciones del país, de forma por demás expedita comparte los resultados para que todos los interesados podamos hacernos una idea del devenir demográfico del país.
Detrás de un censo hay años de discusiones, piloteos y cursos de capacitación cuyo objetivo es tener bajo control este movimiento tan impresionante. Permítaseme referirme a la fase de la consulta pública dedicada a la revisión de los cuestionarios y en la cual tuvimos oportunidad de participar.
Por principio, sigue llamando la atención el que un recorrido tan extenuante no se aproveche para obtener más datos sobre problemas preocupantes para el país como sería, entre otros, el estado de salud de la población; y en cambio, se dedique un amplio espacio a las tecnologías de la información (TIC´s). Sin dudarlo entonces, cuestionamos sobre esta disparidad temática y la respuesta oficial fue que no se le dedica más a la salud porque para ello existe la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT). En sí misma, la respuesta no fue suficiente ya que hablando de las TIC´s, el propio Inegi, cuenta con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de las Tecnologías de la Información en los Hogares mejor conocida como la ENDUTIH. Ejemplifiquemos: en el tema de salud el cuestionario se referirá a la Derechohabiencia y la Discapacidad y se agregó un reactivo para captar información sobre la población con algún problema mental. PERO (sí, con
mayúsculas), para el tema de los bienes en las viviendas, se propone indagar en torno a 15 reactivos entre los cuales encontraremos la disponibilidad de horno de microondas, de internet, de celular y la no menos inquietante disponibilidad de servicio de televisión de paga.
Así las cosas, resulta inevitable preguntarse ¿por qué ahondar en estos bienes y perder la oportunidad de profundizar en la salud u otros temas fundamentales como los que seguramente Usted, mi tercer lector, ya pensó? Desafortunadamente no existió retroalimentación entre los participantes en la consulta. Lo poco que sabemos es que coincidimos con muchos en que la salud merecía
mayor atención, de hecho, fue la temática con más aliados a su favor. También se hicieron propuestas para tópicos como seguridad, género y el acceso a la alimentación, entre otros no menos interesantes o algunos hasta impropios pues no caben en un censo de población como es el tema de las mascotas. Sería interesante conocer las respuestas del instituto para estos ciudadanos preguntones.
Lo hasta aquí dicho, de ninguna manera busca demeritar la trascendencia del Censo 2020, lejos de eso, sin duda el evento reviste de gran importancia para el país, para la planeación y el diseño de políticas públicas. Desde otro ángulo, lo expresado tampoco pretende negar la importancia de las TIC´s; si no que, en todo caso, es una invitación a repensar los censos, de avanzar hacia la confección de estadísticas acordes a los tiempos, incluyentes, que coadyuven al análisis de los grandes problemas nacionales. Si bien es cierto, sería hasta peligroso preguntar ¿Disculpe, en este hogar hay alguna víctima de la guerra contra el narcotráfico? por no mencionar otras propuestas más crueles que circulan en las redes sociales, no es menos cierto que deberíamos de pensar en arriesgar y deconstruir, mediante las propias estadísticas, esta abstracción llamada “la población” para acercarnos a las especificaciones de los diversos grupos que la componen al tiempo que alejamos al censo de su histórica visión economicista y lo entonamos a este México diabético, diverso y violento.