El estercolero del 1 de junio
El viernes, Alejandro Domínguez informó en su noticiario de Milenio TV que aspirantes a cargos en el Poder Judicial “nada más no prenden, por más ridículos que sigan haciendo”.
Y exhibió a un pobre pretendiente a magistrado lamentando:
“Me están haciendo preguntas muy técnicas. El ‘dolo eventual’ es el que, si me voy a la literalidad de las palabras, es temporal…”.
Un ignorante, pues, de que temporal es pasajero, transitorio y que lo eventual puede suceder o no; lo no programado y sujeto a cualquier evento o contingencia (para el remate, la producción recuperó al Chapulín Colorado en un pupitre escolar alertando: “¡Ay qué bruto, pónganle cero…!”.
Otro fue captado en un mercado callejero, intentando repartir sus volantes de campaña que nadie se los quiso recibir.
Y salió también una patética señora diciendo:
“Estas son las cosas que puedo hacer en 15 minutos: un sándwich, leer un capítulo más de un libro, darles de comer a mis gatos, tomar un café, llamar a mi mamá para ver cómo está y votar por las y los candidatos el día de las elecciones judiciales…”.
O sea, no sabe que el promedio mínimo de tiempo que el Instituto Nacional Electoral calcula para que los electores llenen seis boletas ocuparán al menos diez minutos (si sólo debe marcar las de cargos en el Poder Judicial federal porque en Veracruz, donde hay elecciones concurrentes con el Poder Judicial estatal y en ayuntamientos y Congreso, el número de boletas será 17: casi tres veces los 10 minutos que sugiere el INE).
Variantes del mismo ridículo son el maistro universitario que se promueve “tan bien preparado como el chicharrón” en salsa verde, o la modesta “Dora La transformadora”.
Si así están muchos de quienes se han postulado, justo es admitir que muchos otros tienen carrera judicial.
Pero que a nadie extrañe que gran parte de los futuros jueces y magistrados resulten ignorantes y estúpidos, por más que la presidenta Sheinbaum afirme que más de 60% de la población está “bien enterada” del demencial proceso electoral que debiera suspender.
Entre lo que registra la patológica venganza de López Obrador están los llamados del Senado a que las autoridades electorales eliminen a gente supuestamente ligada a criminales o que arrastra historiales delictivos…, pero que fue escogida por los Comités de Selección de los Poderes Ejecutivo y Legislativo (el Judicial no propuso a nadie porque acató las órdenes judiciales de suspender la selección).
Súmese la corroboración de que este circo “democrático” nada tiene que ver con la impartición de justicia porque se prometió que no intervendría la política, pero la consejera presidenta Guadalupe Taddei informó que de 20 a 24% de solicitantes para ser “observadores” milita en partidos (del oficialismo, obviamente).
De pilón, en esta farsa contra el nepotismo, un hijo de AMLO, Ramón López Beltrán, sube a redes su lista de preferidos para la Suprema Corte y la mayor promoción de las elecciones corre a cargo de la Presidencia de la República…
Carlos Marín
cmarin@milenio.com