Los subgéneros del cine de terror: slasher, psicológico, paranormal y más

El cine de terror se diversifica en múltiples subgéneros que ofrecen experiencias variadas y estilos propios para asustar al público.
Imagen: Especial / EXPRESO.

El cine de terror es uno de los más variados, capaz de ofrecer experiencias muy distintas bajo una misma sombrilla. 

Las películas de terror abarcan desde historias de asesinos enmascarados hasta inquietantes tramas psicológicas o encuentros con fuerzas del más allá. A lo largo de las décadas, el género se ha ramificado en múltiples subgéneros, cada uno con su estilo propio para asustar al público. 

A continuación, exploramos algunos de los subgéneros más destacados del terror, desde los clásicos slasher y psicológico hasta lo paranormal, sin olvidar otras variantes más humorísticas como Scary Movie, igual de fascinantes.

Slasher

Dentro del cine de terror, el subgénero slasher se destaca por presentar a un asesino enmascarado implacable que acecha y elimina a sus víctimas una por una. Estas cintas suelen centrarse en un grupo de jóvenes, frecuentemente adolescentes imprudentes, que se ven perseguidos por un villano cuya identidad permanece oculta hasta el final. 

Obras emblemáticas del slasher, como Halloween o Viernes 13, definieron el modelo de un atacante aparentemente indestructible, asesinatos sanguinarios y la tensión de no saber quién sobrevivirá hasta el final. Además, muchas de estas películas popularizaron la figura de la “final girl” (la última chica que queda con vida para enfrentar al antagonista). El slasher vivió una época dorada en los años 70 y 80, convirtiendo a personajes como Michael Myers, Jason Voorhees o Freddy Krueger en iconos del cine de terror.

Terror psicológico

En contraste con la violencia explícita de otros subgéneros, el terror psicológico apuesta por el miedo interno y la tensión mental. Aquí, la amenaza no siempre es un monstruo tangible sino el propio deterioro de la mente, los traumas o la paranoia de los personajes.

Este tipo de cine de terror busca incomodar y perturbar al espectador a través de atmósferas opresivas, sugestión y giros inesperados, más que con sobresaltos fáciles. Clásicos como Psicosis de Hitchcock o El resplandor de Kubrick son referentes del terror psicológico, al explorar las obsesiones y locura de sus protagonistas. Más recientemente, filmes como El cisne negro o Hereditary han demostrado que el horror psicológico sigue vigente, inquietando al público con historias donde lo más aterrador puede ser la mente humana fuera de control.

Terror paranormal

El subgénero paranormal (o sobrenatural) se caracteriza por la presencia de fuerzas del más allá, ya sean fantasmas, espíritus vengativos, demonios o casas embrujadas. En estas películas, lo cotidiano se ve invadido por fenómenos inexplicables que escapan a la lógica, generando terror a través de lo desconocido. Fantasmas y posesiones demoníacas ponen a prueba la cordura de los personajes, con escenas de apariciones, ruidos inquietantes y sucesos sin explicación científica. 

Ejemplos clásicos no faltan son El exorcista (1973) marcó un antes y después con su retrato de una posesión demoníaca, mientras que cintas como Poltergeist o El sexto sentido presentaron fantasmas que helaron la sangre de toda una generación. En años más recientes, franquicias exitosas como El conjuro (The Conjuring) han revitalizado el terror paranormal, mostrando que los espectadores siguen disfrutando de pasar miedo con historias de casas malditas y espíritus perturbadores.

Terror gore y horror corporal

Para los amantes de emociones fuertes, el subgénero gore tiene violencia explícita y mucha sangre y vísceras en pantalla. También llamado “horror corporal” o splatter, este tipo de cine de terror no escatima en detalles gráficos a la hora de mostrar mutilaciones, canibalismo u otras formas extremas de crueldad

El objetivo principal del gore es impactar (y a veces revolver el estómago) del espectador mediante efectos especiales chocantes. Películas pioneras como Holocausto Caníbal (1980) llevaron el gore al límite, generando controversia mundial por su crudeza. Años después, la saga Saw (iniciada en 2004) popularizó el llamado “terror de tortura”, presentando elaborados juegos macabros llenos de trampas sangrientas. 

Si bien el gore suele dividir a la audiencia, algunos lo consideran sensacionalista, no cabe duda de que ha dejado su huella dentro del cine de terror con imágenes que muchos espectadores no pueden olvidar.

Monstruos y criaturas clásicas

Antes de que los asesinos humanos y los fantasmas dominaran la pantalla, los monstruos clásicos fueron las estrellas indiscutibles del terror. Este subgénero abarca a todas esas criaturas sobrenaturales o anormales que acechan a los mortales, desde vampiros, hombres lobo y momias hasta seres gigantescos como King Kong o Godzilla

Las películas de monstruos tuvieron su auge desde los años 30, cuando estudios como Universal estrenaron icónicas adaptaciones de Drácula, Frankenstein o El hombre lobo, con legendarios actores como Bela Lugosi y Boris Karloff dando vida a estos seres. En estas historias, el terror proviene de enfrentarse a entidades no humanas, a veces dotadas de fuerza sobrehumana o poderes inexplicables. 

Con el tiempo surgieron variantes específicas, como el cine de zombis (popularizado desde La noche de los muertos vivientes de 1968), donde el enemigo es una horda inagotable de muertos vivientes. Ya sean criaturas sacadas del folclore, de la literatura clásica o de la ciencia desatada, los monstruos han encarnado nuestros miedos primigenios y continúan siendo una parte esencial del género de terror.

Comedia de terror y parodias

Aunque el objetivo principal del cine de terror es asustar, existe también un rincón para el humor dentro del género. La comedia de terror combina sustos con risas, ya sea mediante situaciones disparatadas, sátira de los clichés del horror o mezclando ambos tonos para crear una montaña rusa de sensaciones. 

Un gran ejemplo es la saga Scary Movie, que se dedica a parodiar las películas de terror más famosas, exagerando sus momentos típicos para provocar carcajadas. Desde su primera película en el año 2000, la saga demostró que los fanáticos del género también disfrutan riéndose de sus propias pesadillas cinematográficas. 

Otras cintas, como Zombieland o El Joven Frankenstein, han logrado equilibrar el miedo con el humor, rindiendo homenaje a los clásicos del terror mientras hacen reír al público. Este subgénero prueba que, incluso cuando sabemos que todo es una broma, seguimos apreciando las referencias y sustos presentados de forma ingeniosa.


Terror y ciencia ficción

En ocasiones, el horror se entrelaza con la ciencia ficción para dar vida a historias que exploran lo desconocido desde un ángulo científico o futurista. Algunas Películas de ciencia ficción clásicas han logrado aterrorizar al público al introducir elementos propios del terror en contextos espaciales, tecnológicos o apocalípticos. 

Un claro ejemplo es Alien: el octavo pasajero (1979), que fusionó la estética de la ciencia ficción espacial con la premisa de una criatura asesina acechando a una tripulación, resultando en un horror claustrofóbico inolvidable. Del mismo modo, La Cosa (1982) de John Carpenter, sobre un ente extraterrestre que asimila a sus víctimas en una base polar, que combina ciencia ficción y terror de forma magistral. Este tipo de películas de ciencia ficción demuestran que el miedo puede florecer en cualquier entorno, desde laboratorios futuristas hasta planetas lejanos, recordándonos que nuestros avances tecnológicos también pueden desatar pesadillas dignas del mejor cine de terror.

Básicamente, los subgéneros del cine de terror ofrecen un abanico para todos los gustos, ya sea que prefiramos la adrenalina de un slasher sangriento, la intriga psicológica, los escalofríos sobrenaturales o incluso reírnos de una Scary Movie. Esta diversidad es parte del encanto del género, ya que siempre habrá una forma nueva de contarnos esa historia oscura que nos hace mirar por encima del hombro al apagar la luz.