Noche de paz

El autor es comunicólogo, creador de contenido independiente

¡Qué año tan complicado! ¿cierto? Para muchas de las personas fue un año donde su vida dio un giro de 180 grados, quizá el negocio que les costó años posicionar, irremediablemente colapsó, o

probablemente todos los proyectos en puerta tuvieron que ser pospuestos o desechados por completo.

¡Cuántas relaciones interpersonales, ya sean amistades, amorosas o familiares se vieron fracturadas ante el inminente cambio de ritmo y dinámica que este 2020 nos presentó! Por ejemplo, matrimonios que descubrieron en el aislamiento que no podían convivir en armonía más horas de las que estaban acostumbrados. Y quizá, en el peor de los casos, en esta cena navideña ahora habrá un lugar vacío en la mesa que no podrá nunca ser llenado con regalos o cualquier bien material, a causa de un virus que vino a cambiar por completo nuestra manera de vivir y recordarnos la fragilidad de la vida misma.

¡Qué lejano se ve el brindis de aquel 31 de diciembre de 2019, donde auguramos, casi por instinto, prosperidad, amor y sobre todo mucha salud! ¿no es así? Sin duda, absolutamente todos perdimos algo este año, y si no es tu caso, considérate muy afortunado, pero para todos aquéllos que sufrieron alguna pérdida, más que nunca necesitamos una verdadera noche de paz, una noche de tregua, descanso y consuelo:

Paz para volver a creer y tener esperanza de que todo estará bien, consuelo para llorar por lo perdido y valorar lo que aún tenemos, tregua para reacomodar nuestras prioridades, descanso para fortalecernos, levantarnos de nuevo y salir adelante.

Esta Navidad es momento de recordar y comprender que lo verdaderamente valioso no yace debajo del árbol, sino a su alrededor. No malgastes tiempo de tu vida tratando de entregarle un regalo a esa persona especial, mejor entrégale tu tiempo y desgasta tu vida a diario en demostrarle que para ti ella es el verdadero regalo.

Honestamente, y de todo corazón, deseo que aún en medio del dolor y de la intempestiva marea que haya golpeado tu vida este año, puedas experimentar una auténtica noche de paz. Si tu familia llena la mesa, sé agradecido como nunca, y si hoy está sobrando un plato, agradece también por el tiempo que pudiste compartir con tu ser querido, que a fin de cuentas, el legado de amor es

más largo que la vida.

¡Feliz Navidad, que la paz, el amor y la armonía inunden tu hogar y a tu familia!

El autor es comunicólogo, creador de contenido independiente

FB: Efrén Adrián

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