Economía y literatura

El autor es docente y autor del libro virtual titulado “El carnaval de Hermosillo 1882-1956”.

Tú eras más joven que yo, más guapo también, bueno digamos que no tanto, nomás me llevabas la delantera por un año, y eras más blanco y espigado que hasta te confundían con Raphael, el cantante español de moda.

¿Te dejaste por eso el bigotito?

Me parece que esa imagen blanda y pulcra dabas porque no eres de barba poblada, más bien lampiño como yo.

En ti se notan más los colores de la raza originaria, de la yaqui y mexicana, pero ni eso ayuda a que te pongas de su lado.

Los seguiste tratando como manada y explotando su tierra como en el siglo XIX y la colonia.

Te comportas como un nuevo conquistador.

Si bien ya no los expulsas en trenes a Yucatán, eres la miseria que los saca de su nación rumbo a Estados Unidos.

En todo esto, yo tenía y siempre tendré la piel lisita y limpia.

Sin peca de pecado ni ojeras en los párpados.

Seré el eterno joven y tú cargarás con esa culpa porque en tu tiempo se intensificó la violencia.

Varios conocidos fueron asesinados: La Dolisa, La Eddy y el Kitito.

En particular recuerdo a uno que fue asesinado días antes que Dany.

Lo recuerdo bien porque era un colega del trabajo en el campus universitario.

Se desempeñaba como bibliotecario.

Fue un crimen de odio por su aspecto afeminado.

En eso también nos parecemos

¿A poco no?

Y no pretendas borrar los hechos, Gregorio, un cuerpo muerto pesa siempre mucho.

Ya sé, güey, por eso te digo que me ayudes a llevarlo al carro y luego quemarlo.

Son frases hechas del poder impune que imperó en aquel tiempo.

Aunque somos de la misma región, nacimos en ciudades distintas.

Yo en un puerto muy antiguo de importancia nacional y tú en una comisaría llamada Colonia Irrigación que en 1957 cambió su nombre por el de Villa Juárez.

¿No te da vergüenza?

¿Tal vez por eso te fuiste, verdad?

Saliste desde muy joven a estudiar economía a la capital mexicana.

Yo también salí de Guaymas, pero me fui a la capital sonorense a estudiar literatura.

También huía, pero por otras razones más personales.

Tú escapabas del dominio de tu padre.

En cambio yo, también sin padre, mi madre nos trajo a vivir a Hermosillo desde muy chicos.

Ella venía tras de mi padre que se había traído a mi hermano Juan.

Tú te fuiste de Villa Juárez por triunfar en la vida, así de simple.

Viajaste sin preocupaciones mayores porque te ibas a estudiar y cumplirías los anhelos de la familia.

Tú querías cumplir un sueño; y yo buscaba ser dueño de mi destino.

Yo en 1992 comencé estudiar literatura porque no me gustaban las matemáticas.

Un camino que tú truncaste en 1993.

Fue un crimen más en la cadenita de esos años que coronaron tu carrera loca de funcionario federal.

El autor es docente y autor del libro virtual titulado “El carnaval de Hermosillo 1882-1956”.

silvestreuresti@hotmail.com