El aeropuerto de López Obrador

El telón de fondo es el engaño.

Florestán.

Cualquiera que haya utilizado las instalaciones de las dos terminales del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México sabe en qué condiciones lamentables se encuentran.

En la T-1 ha sido pegote sobre pegote, estrechos pasillos, asfixiantes, falta de espacios y de slots, problema que comparte con la T-2 inaugurada hace diez años, ya insuficiente para recibir vuelos y que se ha hundido más de dos metros.

El Puerto Aéreo Central de la Ciudad de México fue inaugurado en 1939 y desde entonces ha ido creciendo al gusto, a veces capricho, y necesidades del desarrollo de la aviación comercial hasta el punto de ser insuficiente, lo que llevó a construir la T-2 en marzo de 2008, que en diez años resultó obsoleta.

Hoy, el desarrollo de la aviación comercial se ve acotado por la falta de espacios para sus operaciones, lo que ha limitado y reducido su capacidad de crecimiento. Es regla que cada vez que aterriza su avión con destino a esa T-2 el piloto le informe de un retraso para bajarse por falta de puertas.

Desde el gobierno de Vicente Fox se proyectó la construcción de un nuevo aeropuerto internacional que se vio frustrado por aquel evento en Atenco que terminó violentamente cuando la Policía Federal cargó contra los opositores a la obra.

Ya con Enrique Peña Nieto se echó a andar el proyecto con base en los mejores especialistas del mundo y la participación de empresas nacionales y extranjeras, que no inaugurará el actual Presidente y que representa una inversión cercana a los 250 mil millones de pesos, la mayor obra de infraestructura actualmente en América Latina.

Y ahí iba todo hasta que a Andrés Manuel López Obrador se le ocurrió decir que no al nuevo aeropuerto, como lo reiteró en Ciudad Juárez al inicio de su campaña, aunque había aceptado una mesa con el Consejo Coordinador Empresarial en la que dijo que si lo convencían podría aceptarlo.

Para mí es un error del candidato de Morena decir no al nuevo aeropuerto, pero lo entiendo como estrategia de campaña, como, le decía ayer, es como el muro a Trump.

Estoy convencido de que el nuevo aeropuerto debe ir y que pensar un cancelarlo es, insisto, además de un error, un atentado al desarrollo.
Y al final, irá, no importa quién gane las elecciones.

RETALES
1. AJUSTES.- Cuando van cinco días de campañas presidenciales, se empiezan a notar algunos agujeros en los equipos que serán remendados por la vía del relevo. Para eso son las campañas, trituradoras de hombres;

2. SEGURIDAD.- El almirante José Luis Vergara, oficial mayor de Marina, presentó ayer en Bellas Artes su libro doctoral sobre La Seguridad Nacional en México. Fue comentado por Leonardo Curzio, Juan Silva Meza, Miguel Basáñez y el autor. Moderó el gran Jaime Labastida. El invitado especial fue el secretario de Marina, almirante Vidal Francisco Soberón; y

3. ATERRADOR.- Es el spot de Ricardo Anaya que empieza con Javier Corral y pasa por Xóchitl Gálvez, la que prometió que no dejaría la delegación Miguel Hidalgo, que por supuesto dejó. Parece que se los hizo la oposición.

Nos vemos mañana, pero en privado.

TAGS: