Más de uno se pregunta si la PGR realmente quería aprehenderlo

VISTA la seriedad y profundidad de la investigación de Estados Unidos contra Tomás Yarrington, más de uno se pregunta si la PGR realmente quería aprehenderlo.

SI BIEN la dependencia que encabeza Raúl Cervantes ofreció en noviembre una recompensa de 15 millones de pesos, México se limitó a investigar a Yarrington hasta 2005, sólo en lo que tiene que ver con Tamaulipas y cuando emitió la ficha roja de captura, fue tipo parchís. En cambio el FBI tiene documentados delitos hasta 2013, tanto en Texas como en nuestro país.

DE HECHO, en el juez italiano que decidirá la extradición tendrá mucho peso qué país plantea un castigo mayor. Por las acusaciones mexicanas, a lo mucho, al ex priista le darían 20 años de cárcel. Y eso suena a nada ante la dos cadenas perpetuas más 90 años que le esperan en una cárcel norteamericana.

ANTE ESTO, no faltan quienes se cuestionan si el interés de la PGR por traer al ex priista es realmente por un afán de justicia... o por mera precaución sobre en dónde y en qué tono quieren que cante el ex gobernador.

PORQUE no es lo mismo soltar la sopa en México que en Estados Unidos. Evidentemente, Tomás Yarrington no actuó solo ni de manera aislada al asociarse con el narcotráfico. Su red de complicidades tuvo que ser muy amplia.

Y SI a eso se le agrega que Donald Trump le cantó la guerra a los "bad hombres", más de uno debe andar nervioso.
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EN COAHUILA a tooodos los partidos políticos los une un bien mayor: el del dinero. Y lo mismo aplica para priistas, panistas, morenos, perredistas y los otros 10 partidos que compiten.

RESULTA QUE en el Código Electoral aprobado el año pasado en el feudo de los Moreira, se decidió darles más, sí, todavía más dinero a los partidos. Tradicionalmente, del financiamiento público que se les da, el 50 por ciento es para gastos de campaña, pero los partidos coahuilenses reciben ¡el 80 por ciento! No tienen llenadera.
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EN EL MITIN de Andrés Manuel López Obrador no estuvo Marcelo Ebrard, pero sí todos sus enviados, aquellos con los que trabajó muy de cerca en el gobierno capitalino.

LA COSA es que prácticamente ninguno tiene actualmente relevancia política, y algunos ni siquiera tienen cargo. No es por echarle a perder la fiesta a nadie, pero como que en torno al Monumento a la Revolución se vio a mucho cartucho quemado.

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