Escenario económico 2018: recuentos, avances y pendientes

Rosana Méndez Barrón*
Recién iniciamos septiembre; mes emblemático por nuestro referente cultural y patriota, pero también clave pues marca la entrada a la recta final del año y el inicio de los cálculos y proyecciones para el periodo que se avecina. Este periodo se distingue también por la presentación de los resultados de las acciones de los gobiernos federal y estatal, los famosos informes de gobierno.

En días pasados escuché el mensaje del titular del ejecutivo que documentaba el avance del país en materia económica, política y social para el último año. Tomaré como referencia algunos de los aspectos económicos, tratando de matizar los pros y contras de cada uno y haciendo un esfuerzo por su proyección a futuro.

1) País en crecimiento. Este aspecto es relativamente fácil de cotejar si nos limitamos a las estadísticas de producción, esto es el PIB; puede confirmarse que se cuenta con tasas de variación positivas prácticamente durante toda la última década (2003-2015), pero éstas muestran un claro descenso desde 2010, pasando de 5.2% a 2.5%. Dado que el crecimiento de un país no se limita a la producción, faltaría evaluar el desempeño de otros indicadores, como el ingreso, el empleo, la competitividad, entre muchos otros.

2) Importante destino de inversión extranjera. Históricamente hemos sido receptores de recursos extranjeros y ello se intensificó a raíz de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Nos ubicamos entre las 20 economías con potencial de inversión, pero somos superados por EUA, China, India, Brasil, Reino Unido y Alemania. Un aspecto clave es que prácticamente la mitad de los flujos de inversión (IED) provienen de Estados Unidos; ello además de acrecentar la vinculación a nuestros vecinos, ha provocado que seamos altamente dependientes a dichos flujos, impidiendo la consolidación de la estructura productiva y el mercado interno.

3) Economía abierta, dinámica y transformación. Es innegable que la economía de México ha experimentados cambios sustanciales desde mediados de 1990: nos hemos volcado al mercado global participando como proveedores de un gran volumen de mercancías (exportaciones como 38% del PIB en 2016) y contamos con una intensa interacción comercial global (12 Tratados de Libre Comercio firmados/ 46 países). Sin embargo también poseemos una economía netamente importadora (40% del PIB en 2016); peor aún en ambos casos somos altamente dependientes al país vecino, Estados Unidos (81% para exportación y 47% para importación); asimismo el grueso del capital exportador invertido es extranjero.

4) Sector automotriz de clase mundial. Automóviles, tractores y vehículos de carga, productos de exportación claves de México (18% del total); si a ellos sumamos el porcentaje de repuestos y partes, así como el ramas vinculadas (aeroespacial y médica), estaríamos considerando prácticamente casi la tercera parte de las exportaciones del país; empero, aproximadamente un tercio de lo que importamos corresponde a vehículos, partes e insumos para la industria, mayormente la automotriz.

5) Potencia turística. El turismo aportó más de 8% del PIB durante 2016 (INEGI) y generó una gran entrada de divisas. Lo contrastante es que su aporte se limita a servicios simples como hospedaje y alimentación, lo cual ha evitado la generación de empleos especializados y de alta remuneración; adicional a ello, está su carácter estacional y la sensibilidad a los entornos políticos y de seguridad.

Es claro que contamos con fortalezas en materia económica y que ciertos indicadores sociales han mostrado mejoras, pero hay en el horizonte escenarios difíciles de sortear (renegociación del TLC, bajo precio del petróleo, altos niveles de pobreza e inseguridad, inestabilidad financiera). Se necesita una estrategia fría y aterrizada, se requiere trabajar con miras a futuro y no con intereses inmediatos, eso implica sacrificios, desafortunadamente muy pocos estamos dispuestos a asumirlos.

*Economista y especialista en Ciencias Sociales, Asistente de investigación en El Colegio de Sonora.

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