Sobre la invasión 'China' en Bahía de Kino

Luis Alan Navarro Navarro*

Hoy en día todo está público desde el espacio. Inspeccionando imágenes gratuitas de satélite o en su caso Google Earth, podemos ver que: alrededor de la mitad de la franja costera del municipio de Hermosillo ha sufrido algún tipo de modificación en su ambiente natural. Por ejemplo del poblado de Kino Viejo al sur, casi todo el terreno adyacente al litoral ha sido dedicado a la acuacultura. Los cambios se acumulan, esto nos lleva a preguntarnos ¿cuál es el ordenamiento ecológico que queremos para nuestros litorales?


En estos días, se evidenció gracias a los medios de comunicación, creando un fuerte debate en las redes sociales, la construcción de una planta procesadora de productos del mar, aparentemente de capital Chino, localizada en el poblado de Kino Viejo, aunque ésta ocupa solo una pequeña fracción de la playa, el caso pudiera ser un mal referente para las autoridades ambientales.

Se dijo que la “pelota” estaba en la cancha del Gobierno federal. Aunque, al encontrarse el predio en un área urbana, el sentido común nos dice que la primera línea de atención es el municipio. El Artículo 115 Constitucional faculta al municipio a otorgar licencias y permisos para construcción. Esto brinda la oportunidad a los ayuntamientos para planear y promover un desarrollo ordenado y sustentable. De acuerdo a los trámites municipales, obtener una licencia de construcción requiere una licencia de uso de suelo, ésta última a su vez, en algunos casos, de una Licencia Ambiental Integral (LAI).

La evaluación de la viabilidad ambiental de los proyectos, la realizan los municipios o según sea el caso (Art. 27 de la Ley No. 171), puede ser la Comisión de Ecología y Desarrollo Sustentable del Estado de Sonora (CEDES). Un requisito importante en la obtención de la LAI es que hay que hacer mención de los instrumentos de planeación y ordenamientos jurídicos aplicables al proyecto. Esto quiere decir, cuando una obra se ubique en la zona federal marítimo terrestre (ZOFEMAT), como aparentemente es el caso de la obra en discusión, se deben de obtener los permisos correspondientes ante la federación.

La inspección y vigilancia de la ZOFEMAT corresponde a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA). Sin embargo, no es posible que todas las dependencias, hasta ahora mencionadas, vigilen cada metro de litoral, es por eso que la participación de los medios de comunicación y la ciudadanía es tan importante.

Este caso prende varios focos rojos. Primero, se contrapone a la promoción de un desarrollo ordenado de Bahía de Kino, lo que quedaría de manifiesto al permitir que una empresa se establezca ignorando: las órdenes de clausura ya giradas por el municipio y la obtención de las licencias y permisos ante otras autoridades. Estas licencias y permisos no son sólo papel y trámites burocráticos, en la obtención de éstas se debe de hacer consulta pública, informando a la sociedad sobre la construcción, las actividades de la empresa, así como los riesgos e impactos ambientales, asegurando que los proyectos aprobados no generarán perjuicios a terceros, tales como turistas, pescadores y pobladores de Bahía de Kino o daños graves al medio ambiente; no socializar los proyectos, tanto públicos como privados, hace que luego surjan conflictos sociales: protestas, plantones, bloqueos.

Segundo, el mal ejemplo cunde y erosiona la credibilidad en las instituciones locales, estatales y federales, no se puede culpar al ciudadano de ser malpensado e imaginar arreglos, actos de corrupción, ya que, a juicio de las autoridades, se puede exceptuar el requisito de trámites ambientales y dar otro tipo de facilidades.

Es del interés de todos los hermosillenses que Bahía de Kino siga siendo una playa limpia, pública y libre. Esperemos que los políticos con su estructura burocrática no apuesten a que el tema se enfríe y salga de la atención pública, como sucede muchas veces, y ejecuten actos efectivos de autoridad con trasparencia, sentando el precedente para un desarrollo urbano y turístico ordenado en Bahía de Kino.

Luis Alan Navarro Navarro*Profesor-investigador en El Colegio de Sonora.

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