La banca sonorense en el siglo XX

Hasta 1982 Sonora tuvo una banca privada propia con fortaleza financiera que se gestó en 1897. A lo largo del siglo XX se constituyeron once bancos privados con empresarios locales y capitales nacionales.

Los bancos se enfrentaron a periodos de auges y de crisis que marcaron sus trayectorias financieras y de capitalización, la debacle o la pervivencia. Pero ante todo, demostraron una importante capacidad de crédito y fomento hacia las actividades productivas de la entidad.

El banco más emblemático fue el Banco de Sonora porque se constituyó como un banco de emisión en 1897, cuyo papel moneda era fiduciaria que sostenía el sistema de cambio en la región y facilitaba el sistema de pago con el exterior. La fortaleza económica estribó en las reservas en metálico de oro y plata.

Todavía durante la revolución mexicana, los billetes del Banco de Sonora tuvieron validez en el sistema de cambios sin importar que las oficinas del banco estaban cerradas para otro tipo de operaciones. Es decir, no sólo el caos revolucionario, sino otros factores del orden normativo y de política monetaria impidieron que el banco operara con regularidad. Restableció sus operaciones hasta 1921, pero ya no como un banco de emisión, sino como un banco comercial, y lo que era peor, con su economía debilitada. La Ley bancaria de 1924, le permitió el Banco de Sonora convertirse en un banco refaccionario, sin embargo, por varias razones, no logró sobrevivir y pereció en 1932.

Dicha ley bancaria de 1924 permitió el nacimiento de nuevos bancos con el claro objetivo de operar como intermediarios financieros hacia los sectores productivos de la entidad.

Entre 1924 y 1933 se constituyeron cuatro bancos: Banco Mercantil y Agrícola S.A., Refaccionario, Banco Refaccionario de Occidente, Banco de Nogales y Banco Agrícola Sonorense. Los dos primeros finiquitaron sus operaciones durante los cambios políticos y económicos de los últimos años de 1930. No obstante a las circunstancias internacionales, se reformó la legislación bancaria en 1942 para fortalecer a las instituciones financieras del país. Ello permitió que surgieran nuevos bancos en el Estado de Sonora.

El Banco Ganadero y Agrícola, el Banco Mercantil del Yaqui y Mayo y el Banco Mercantil de Sonora. El Banco del Pacífico trasladó su matriz a Nogales en 1943; y aunque se constituyó en Mexicali en 1925, nació con varios empresarios sonorenses.

Para 1948 el Banco Mercantil del Yaqui y Mayo se convirtió en Banco de Comercio y en 1949 el Banco Mercantil de Sonora realizó la misma operación cambiando su denominación a Banco de Comercio.

Manuel Espinoza Yglesias, accionista principal de Bancomer compró acciones de dichos bancos, y los convirtió en filiales de Bancomer. Por esos mismos años, el Banco Internacional (posteriormente Banco BITAL, hora HSBC) absorbió al Banco del Pacífico. Banamex por su parte, tuvo injerencia en el Banco de Nogales y en el Banco de Cananea. El Banco de Nogales cambió su denominación a Banco Mexicano de Nogales y en 1971 a Banco Mexicano del Norte.

Los bancos más fuertes en términos financieros eran el Banco Ganadero y Agrícola y El Banco Agrícola Sonorense. Sin embargo, en ciertos momentos tuvieron que ser apoyados económicamente por Banamex. La pervivencia de estos bancos fue importante para la entidad, especialmente en el fomento de las actividades económicas.

Ana Isabel Grijalva Díaz*Profesora-investigadora en El Colegio de Sonora

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