AT&T, contra Slim y Azcárraga

El fin de semana se dio a conocer el acuerdo de compra entre el gigante de las telecomunicaciones AT&T, y el gigante de la información y el entretenimiento, Time Warner. El precio de compra se fijo en 107.50 dólares por cada acción, que significa un 20% más del valor de las acciones de Time Warner en Wall Street al cierre de la bolsa el viernes. ¿Por qué ese sobre precio para las acciones? La respuesta es simple: la transacción representa la forma como los teléfonos móviles han cambiado la vida de las personas, patrones de conducta, de informarse y entretenerse. AT&T está viendo el presente y su supremacía futura. El acuerdo levantó críticas inmediatas y temores en el mundo al crearse, de aprobar el gobierno de Estados Unidos la transacción, lo que muchos piensan es un monopolio, de telecomunicaciones, de información y entretenimiento.

Las compañías cargadas de historia, quieren reescribir la historia misma. AT&T fue creada por Alexander Graham Bell en 1879 y por décadas una campana -lo que significa en español Bell- fue el emblema de un poderío desmembrado cuando en 1982 se rompió su monopolio y se crearon siete compañías regionales que se repartieron los servicios. AT&T, la décima compañía en Estados Unidos, según la lista de las 500 corporaciones de Fortune, tiene 35 millones de clientes en Estados Unidos y el mundo y es dueña de Iusacell y Nextel, que le dieron a casi la mitad de su clientela extranjera. En México compite no sólo contra Telmex y Telcel de Carlos Slim, sino potencialmente contra Televisa de Emilio Azcárraga, al haber adquirido el año pasado DirectTV, que en dos años regresará al mercado mexicano para competir con Sky.

Time Warner es la suma de dos biografías exitosas en la industria del entretenimiento y la comunicación. Time fue fundada en 1923 por Henry Luce y Briton Hadden, para convertirse durante la segunda parte del siglo pasado en una de las revistas más influyentes del mundo, y propietaria de títulos como People, Fortune, DC Comics y Sports Illustrated. Warner surgió en 1923, cuando los hermanos Albert, Harry, Jack y Sam crearon los estudios de cine Warner Brothers. Al fusionarse en 1989, se convirtió en el tercer conglomerado de comunicaciones y entretenimiento en el mundo, con marcas tan notables como CNN, HBO,  y Turner. Sólo el sistema CNN tiene un alcance de 315 millones de casas en el mundo y 96 millones en Estados Unidos, al estar accesible a un mercado de dos mil millones de personas en 200 países.

La fusión de estos dos gigantes depende de los reguladores estadounidenses que definirán si un conglomerado que controla el contenido y su distribución tiene la capacidad para decidir qué transmitir, cómo hacerlo y a qué precio. El análisis tiene que enfocarse no en los generadores de contenido, sino como dijo hace más de un año el presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos, Tom Wheeler, en la banda ancha. “La industria ha cambiado y vemos evidencia concreta de la nueva competencia y los modelos de negocios que hacen posible el acceso a internet de alta velocidad”, dijo. Varias plataformas de contenidos o facilitadores de ellos utilizan internet, como Apple TV, Dish, HBO Now, Netflix, Hulu o Amazon entre muchos ejemplos del cambio de la industria. Roku, otra revolución, permite ver en tiempo real, a través de internet, cientos de canales de todo el mundo. La Liga Nacional de Futbol americano, en otra revolución, está transmitiendo sus juegos en tiempo real a través de Twitter. Los recientes debates presidenciales en Estados Unidos se pudieron ver por medio de Facebook, y varios segmentos de los noticieros de Televisa y Efekto TV, están manejando contenidos entre los comerciales de sus informativos para esa red.

“Este cambio tiene implicaciones para la industria en general”, agregó Wheeler. “Nuestro desafío será vencer la tentación de usar la posición predominante en la banda ancha para proteger el negocio tradicional de cable”. De aprobarse la compra de Time Warner, AT&T tendrá acceso inmediato a franquicias como Harry Potter y Batman, a series como Game of Thrones, y ofrecer canales de noticias. El presidente de AT&T, Randall Stephenson, dijo que si bien es cierto que el contenido de calidad siempre va a ganar, a la gran pantalla -el cine-, y a la de la televisión, se le suma ahora la de los móviles. “Cuando combinamos el contenido de Time Warner con nuestra escala y distribución –añadió-, vamos a tener algo realmente especial”.

“Es la revolución de nuestros dos negocios”, dijo a la prensa el presidente de Time Warner, Jeff Bewkes. “Ya sea películas, series de televisión o un show original, queremos que nuestras audiencias tengan acceso a ellas donde quiera que estén y cuando lo quieran. AT&T nos da un tremendo acceso a ello”. La escala de los dos gigantes tendrá en México, el principal mercado internacional de AT&T, un importante campo de batalla. Televisa es la principal empresa de la segunda división de los conglomerados de información y entretenimiento, pero la distribución de sus contenidos por internet está limitada. Las empresas de Slim, poderosa en telecomunicaciones, no logran calidad en sus contenidos. Este debe ser el camino, los contenidos de calidad que tanto ambiciona AT&T. Sin ellos el negocio de Slim y Azcárraga irá en lento declive, incluso sin que se concrete la compra de Time Warner y el futuro no se vea tan nublado.

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