La réplica de Froylán

Froylán Gracia, coordinador ejecutivo de la Dirección General de Pemex durante la gestión de Emilio Lozoya Austin, dice no saber que haya funcionarios del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto que lo señalen “como una ilustración de corrupción”, o que esté nervioso por el escándalo en el que se encuentra metido Odebrecht en México. Asegura que tampoco ha sido informado formalmente de algún procedimiento en su contra relacionado con esa investigación. Todo esto se encuentra en una carta de 486 palabras para refutar 92 palabras en donde se hace referencia a él, en una columna publicada el 16 de agosto, “Las preocupaciones de Odebrecht”, en cuyo antepenúltimo párrafo se apuntó:

“En este espacio se refirió a mediados de febrero que uno de los más nerviosos por el escándalo de Odebrecht era Froylán Gracia García, coordinador ejecutivo de la Dirección General en la Administración anterior, y de todas las confianzas de Lozoya Austin. Gracia García era muy cercano a los ejecutivos de la empresa, y de acuerdo con las fuentes cercanas al conglomerado, realizó ‘decenas’ de viajes a esa nación. No fue posible localizar a Gracia García, señalado por funcionarios peñistas para ilustrar la corrupción que había en Pemex, para conocer su opinión”.

La réplica de Gracia subraya: “Niego categóricamente el contenido de su nota por ser falsa e inexacta. En efecto conozco al Licenciado Emilio Lozoya Austin, porque sostuvimos una relación de trabajo como es del dominio público y porque desde hace años tengo una relación de amistad cordial y de respeto, sin embargo, ese vínculo no tiene nada de indebido o ilícito. Por otro lado, su nota periodística se aparta de la realidad al decir que he estado muy nervioso por el escándalo de Odebrecht. En efecto, no tengo preocupación alguna por ello, ya que en el ejercicio de mis encargos como funcionario público y últimamente como Coordinador Ejecutivo de la Dirección General de PEMEX, siempre me conduje apegado a derecho, de manera honesta y esa conducta es extensiva a mi vida personal y familiar, la que ahora se ve afectada por su nota frívola y apartada de la realidad.

“Asimismo, me permito enfatizar que es falso que realicé decenas de viajes a Brasil, por mi relación con funcionarios de la empresa Odebrecht. Por otro lado, hasta el día de hoy no he sido informado formalmente de algún procedimiento iniciado en mi contra que se encuentre relacionado con el asunto Odebrecht, ni tengo conocimiento de que algún funcionario de la administración del Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos Enrique Peña Nieto, me señale como ‘ilustración de corrupción’. Por otra parte, es falso el que usted haya pretendido establecer comunicación alguna con el suscrito, no lo hizo en esta ocasión ni en las demás notas que ha escrito en mi perjuicio… Han sido reiteradas las ocasiones en que usted, más allá del interés periodístico recurre a publicar información falsa y que representa un atentado contra mi honra y la de mi familia”.

El ex funcionario de Pemex, extrañamente, no desmintió lo único que podría haber refutado sólidamente: en ese texto se escribió su apellido materno como García, no Galicia, que es como se llama. No se metió en honduras para desmentir o deslindarse de su relación cercana con ejecutivos de Odebrecht, porque la tenía, de acuerdo con representantes de la empresa, con Luis de Meneses Wyell, ex director del conglomerado en México, y Guillermo Solís, director del jurídico de la empresa en Brasil, por conducto de quienes realizó viajes a Brasil. Gracia negó que hubieran sido “decenas” de veces, como generalizaron representantes de la empresa un número no determinado de visitas que realizó a esa nación por invitación de ellos, sin aclarar cuántas veces sí lo hizo. O si nunca hizo alguno.

Le pareció frívolo que el texto aludido se refiriera a un tema de corrupción en Pemex por parte de una empresa que pagó sobornos a funcionarios en 13 países que ha provocado el encarcelamiento de su propietario y dos ex presidentes, sin aclarar porqué es inocuo tocar un tema que a todos parece de alta relevancia. Es entendible que desconozca que algún funcionario peñista lo haya calificado como un ejemplo de corrupción, porque no es algo que se vaya diciendo en las calles. Sin embargo, un secretario de Estado y funcionarios de Hacienda, Pemex y la PGR, tienen esa impresión de él y lo ubican en el centro de la corrupción en el la gestión de Lozoya Austin.

El viernes pasado, en otro texto sobre el tema, “El Talón de Emilio”, se apuntó: “Gracia García cambió su patrón de comportamiento desde que llegó a Pemex, emborrachándose por las tardes en restaurantes y presumiendo su bonanza. Las sospechas del origen de su dinero vino acompañado cuando inversionistas nacionales y extranjeros se empezaron a quejar que para conseguir citas con Lozoya, Gracia García cobraba millones de pesos”. Este dato fue referido por primera vez en este espacio en octubre de 2015 y nunca replicó el ex funcionario. Varias veces durante este tiempo se le buscó por diversas vías sin éxito alguno. En su carta dice que eso nunca sucedió y dio la dirección en Polanco de un despacho de abogados para establecer contacto con él. Ya se le pidió una cita. Mientras tanto, en el texto del viernes pasado se concluyó en referencia a él: “Ahí está el nombre de alguien donde la PGR puede asomarse a esa gestión tan controvertida de Lozoya en Pemex. Es todo suyo, si quiere”. La sugerencia se sostiene.

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