Designación en Aguah

En Agua de Hermosillo estará Elliot Romero, de quien dicen se convirtió en uno de los principales operadores políticos del senador electo y próximo secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, aunque siempre jugó un perfil bastante discreto… De hecho, el único antecedente que hay en la memoria periodística sobre Elliot, es de cuando fungió como coordinador jurídico del Gobierno del Estado, al lado del entonces secretario de la división jurídica, Carlos Espinoza.

El otro nombramiento, que la verdad no sorprende en nada, es el de Norberto Barra Almazán, quien será el nuevo director de Servicios Públicos municipales… Como se sabe, Norberto fue el candidato independiente a la Alcaldía, pero sobre quien la Alcaldesa electa había recibido una recomendación difícil de rechazar.

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El pleito que viene…
Algo desapercibida pasó una declaración del dirigente estatal del PAN, David Galván, en el sentido de que ya no queda tiempo en la actual legislatura para la revisión, aprobación o rechazo de la Cuenta Pública del Gobierno del Estado correspondiente a 2017, una consideración que difícilmente compartirá la bancada del PRI que comanda Epifanio Salido.

El rechazo del PRI a lo dicho por Galván se antoja políticamente lógico porque la de 2017 será la última cuenta pública que se dirima en el Congreso con una mayoría del PRI y sus aliados, por lo que dejar el proceso abierto para la próxima legislatura significará ponerlo en manos del partido Morena que dominará ampliamente la mayoría simple del Congreso.

Anoten por allí, que así como se dio el encontronazo entre el PRI-PAN y Morena por las reformas constitucionales aprobadas, de igual manera la Cuenta Pública será factor de nuevas rispideces en los días por venir… Es el pleito por venir, denlo por hecho.

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Tradición panista
En el PAN, cuando menos en Sonora, es una tradición que la dirigencia estatal respete la decisión de los candidatos a presidentes municipales perdedores si quieren ejercer la llamada “primera regiduría del partido” y con ello la coordinación de la bancada en los respectivos cabildos, como lo acaba de hacer el presidente del CDE, David Galván Cázares.

Es así que finalmente se respetó el deseo de Myrna Rea en Hermosillo, de Lorenzo De Cima en Guaymas, de Rafael Delgadillo en Cajeme y de Martín Ruy Sánchez en Navojoa, al igual que se respetó la decisión de Cuauhtémoc Galindo en Nogales y de Everardo López Córdova en San Luis Río Colorado, pues ambos no ocuparán la posición en el Cabildo, por citar unos ejemplos.
Claro que la decisión tiene muy diversos orígenes, pues en algunos fue por el deseo de representar a los electores que les brindaron su confianza, pero en otros porque iban por el fuero, pero ya se vio que de nada les servirá porque esa figura quedará eliminada una vez que se publiquen las recientes reformas constitucionales aprobadas en el Congreso del Estado.

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A ver si no se arrepienten
Y a propósito de la eliminación del fuero constitucional para legisladores y un buen número de funcionarios públicos estatales y municipales, se aprobó en Sonora de una vez porque, a partir de diciembre, en cualquier momento se iba a hacer obligatorio por la promesa de López Obrador de promover, ante su mayoría de Morena en el Senado y la Cámara de Diputados, que se abrogue ese “privilegio” de la Constitución General de la República.
Sin embargo, aún están en la memoria las consideraciones del doctor Jorge Carbonell, quien siendo invitado a Sonora por el propio Congreso local se manifestó totalmente en desacuerdo con la iniciativa, ahora aprobada, de desaparecer el fuero, pues en todo caso lo mejor era reformarlo para fortalecer a las instituciones supervisoras del ejercicio de gobierno.
Carbonell dijo que sería ingenuo pensar en la eliminación del fuero como factor determinante en el combate a la corrupción, por lo que entonces era una iniciativa populista que podría dejar indefensos a quienes resultaran incómodos para los gobiernos… Bien, así el fuero ya es historia pasada, aunque falta aún que se dé la aprobación a nivel federal.

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El gran atraco
Uno de los principales retos del gobierno de López Obrador para que realmente se diferencie de los priistas y panistas será el ejercicio de su presupuesto, pues los especialistas han demostrado una y otra vez que, en la práctica, el presupuesto federal se ha ejercido en forma totalmente diferente a como es aprobado por los legisladores.
Un estudio del CIDE ubicó que “entre 2000 y 2015 existe una diferencia de 6.5% entre la Cuenta Pública y el PEF. Es decir, a lo largo de esos quince años se gastaron 3.37 billones de pesos ($3,370,000,000,000 MXN) que no estaban previstos en los Presupuestos de Egresos aprobados previamente”.
Es decir, hay allí una práctica de subestimar los posibles ingresos para que luego los ingresos reales se presenten como ampliaciones no presupuestadas (como excedentes, pues) y gastarlos en forma discrecional… Así es como se ha enriquecido la clase política durante décadas y nadie ha querido ponerle alto, por obvias razones… A ver si ahora con López Obrador sigue lo mismo o se termina ese gran atraco.

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mrx@expreso.com.mx