Él sabrá por qué no me contesta

Lo que se puede comprar no es justicia.
Florestán.

De repente, el presidente del PAN, Ricardo Anaya, tomó la decisión de utilizar de vocero a su secretario general, Damián Zepeda, para sus réplicas en mi programa de radio queriendo dejar la impresión de que quien no le contesta soy yo, lo que es falso, el que no me responde es él.

Y le voy a contar.      
El lunes 4 entrevisté al senador del PAN Roberto Gil Zuarth, quien reveló que el jefe panista había ordenado a su bancada que reventara la instalación y el inicio del período ordinario de sesiones, como sucedió en la Cámara de Diputados, a lo que él y otros cuatro senadores se opusieron y sumaron su voto al de la mayoría de todos los partidos que eligieron, contra la decisión de Anaya, a Ernesto Cordero para presidirla.

A esto la oficina de Anaya pidió la réplica vía Damián Zepeda, lo que acepté pues era para alusiones a su partido y él es su secretario general. Desmintió y descalificó a Gil.       

El viernes pasado, también en radio, el senador Javier Lozano se expresó en términos similares a los de Gil, y Fernando Herrera, coordinador de su bancada, pidió derecho de réplica y, siendo pares, entró con una respuesta muy parecida a la de Zepeda.

Antes, el miércoles 6, entrevisté al presidente del PRI, Enrique Ochoa, quien acusó a Anaya de chantaje al ligar la aprobación de la mesa a la iniciativa de los diputados contra el fiscal automático.

De nuevo llamaron de la oficina del presidente del PAN para pedir réplica para el mismo secretario general a lo que, expliqué al aire, estaba abierto pero debía ser Anaya, de dirigente nacional a dirigente nacional, a lo que se negó.

Ayer, Ochoa llamó por teléfono al programa de radio para comentar la publicación de El Universal sobre las dudas acerca de los compradores de una propiedad del queretano y volvieron a marcar de su oficina para la réplica de Anaya otra vez vía Zepeda y di la misma respuesta: es un asunto de Anaya, no del partido y la réplica tiene que ser del directamente aludido y en un plano de pares: de presidente a presidente.
Pero tampoco quiso.

Yo ya no he podido hablar con Anaya desde la mesa de debate de la noche del 4 de junio en Televisa, que no me ha querido hablar desde entonces.
Él sabrá por qué no me contesta.

Y ya de debatir, que era su fuerte, ni hablar.

RETALES
1. AUSENCIA.-  La muerte del querido doctor René Drucker Colín deja una sensación de vacío entre todos los que lo quisimos y admiramos. Fueron tantos años de su generosa amistad;

2. MÁS.- A los cinco senadores panistas originales anti Anaya: Ernesto Cordero, Roberto Gil, Javier Lozano, Salvador Vega y Jorge Luis Lavalle, se sumaron Luisa María Calderón, José María Martínez, Octavio Pedroza y Fernando Torre. Ya son nueve. ¿Y cuántos gobernadores?; y

3. GORDO.- La gestión de Raúl Cervantes en la PGR pasó la prueba de las extradiciones de Javier Duarte y Roberto Borge. Le falta Tomás Yarrington y la de fuego: Odebrecht. Yo sí le creo lo de caiga quien caiga.

Nos vemos mañana, pero en privado.

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