Muerte y extraño renacimiento

"Desaparecer" el Cisen por suponerlo espía de opositores, cambiarlo de adscripción y nombre (se llamará Agencia Nacional de Inteligencia) pudiera comprenderse, de no ser porque, en vez de depender de la Secretaría de Gobernación, pasará a la de Seguridad Pública... que tiene su propia área de inteligencia ¡policiaca!

El cambio de asignación se antoja insensato porque de la seguridad interior y desde luego la nacional son responsables directos el presidente de la República y su despacho político (Gobernación), no la dependencia encargada de investigar, prevenir y enfrentar la inseguridad pública.

Lo del "espionaje" tiene sus asegunes. O qué: ¿gobierno ciego ante supuestas autodefensas, grupos paramilitares como las policías comunitarias, movimientos guerrilleros, facciones gremiales y sociales proclives al vandalismo? ¿O indiferente ante personajes prominentes (opositores o no), siempre y cuando no los hostigue ni viole sus derechos?

Poco se sabe, pero el Cisen investiga inclusive rutas virales y previene sobre epidemias y pandemias que nada tienen que ver con la policía.

 

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