La reinvención de México

Fox acababa de ser electo Presidente y Marta Sahagún convocó a un grupo de periodistas a desayunar con él para que nos hablara de lo que sería su gobierno.

Luego la señora nos exhortó a preguntar lo que fuera y lo hicieron todos (brillantes Germán Dehesa y Froylán López Narváez), menos yo.

Marta me incitó a intervenir y empecé:

“No quiero preguntarle nada, don Vicente”, pero Fox atajó:

"Cómo que don Vicente, si nos hablamos de tú…”.

Me expliqué:

“Usted resultó Presidente y yo, por elemental respeto, por teléfono y por si acaso, le hablaré de usted lo que resta de 2000 y al menos durante seis años”.

Aclaré que no quería preguntarle nada sino recordarle que Teotihuacán estaba en ruinas al fundarse Tenochtitlán; que el porfiriato impulsó la industrialización, el telégrafo y el ferrocarril; que con los odiados Díaz Ordaz nació el Metro, con Echeverría el Cancún turístico y la presa de Chicoasén, y con Salinas la ciudadanización de las elecciones o el TLC.

Mi breviario fue para sugerirle que dejara de hablar como si siguiera en campaña y fuera, de veras de veras, capaz de inventar otro México…

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