La gestación de un presidentito

Entre las ofertas de su coincidente buen fin para ganar la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador incluyó la promesa de no viajar en aviones o helicópteros "privados, sino en aeronaves de línea comercial y por carretera, pues se venderá toda la flotilla gubernamental…”.

¿De dónde habrá sacado la tontería de que los aviones y helicópteros ("que ni Obama tiene") en que se traslada el jefe del Ejecutivo federal son propiedad particular?

Si quiere rematar toda la flotilla gubernamental, hay que cruzar los dedos para que, al menos, no se le ocurra equipar con mulas y burros a las instituciones de salud pública o de protección civil.

Ignora que las aeronaves a que se refiere las opera el Estado Mayor Presidencial, mismo que, por cierto, piensa "incorporarlo por completo" a la Secretaría de la Defensa.

Si se alza con la Presidencia, ¿recurrirá a las gacelas que le cuidaban la espalda cuando fue jefe de Gobierno y el célebre Nico suplirá, por ejemplo, al general Roberto Miranda para detallar sus encuentros con su homólogo (en más de un sentido), El pato Trump?

¡Qué pinche susto!

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