Padres de familia rapiñeros

Se requiere una gran dosis de miseria para intentar hacer un asqueroso negocio pretextando el trauma que los hijos pueden arrastrar por el temblor del reciente 19 de septiembre.

Un sinvergüenza padre de niños que estudiaban en el colegio Rébsamen, y que se ostenta como vocero de un centenar de vivales como él, pide que el gobierno beque del kínder a la universidad a todos los menores que no corrieron la mala suerte de los 19 que ahí murieron, o sea, el titipuchal de niñas y niños que sobrevivió al fatídico terremoto.

Esa escuela no era pública, sino particular. Una de miles y miles gratuitas y de paga en las que centenares de miles de madres y padres de familia tienen a sus hijos estudiando pero a ninguno se le ocurriría semejante abuso.

A ese mal padre y sus representados les faltará vida para celebrar que sus hijos no hayan sido aplastados como sus compañeritos en vez de buscar el multimillonario favor del erario envuelto en una tortilla.

¿Qué diferencia a estos vivales de los casi cuatro mil falsos damnificados que estiraron la mano para agandallarse pinches tres mil pesitos…?

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