Explosiones de odio
Un Comando Feminista Informal de Acción Antiautoritaria Coatlicue se atribuye el petardazo a las puertas de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
"Colocamos un artefacto explosivo hecho con dinamita, gas Lp y butano...", afirma, pero la Procuraduría de CdMx dice: "un artefacto de fabricación casera construido con un extintor, pólvora, cinta adhesiva y una mecha...".
La misma banda ("anarcofeminista”) también se ha adjudicado ataques explosivos en otros inmuebles en la capital, como el de Petrolera Exxon, el Instituto de las Mujeres, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, y una sucursal de Banco Santander.
Tiene razón el vocero de la Arquidiócesis Primada, Hugo Valdemar, al prevenir sobre lo aventurado de relacionar el atentado en la CEM con agresiones directas a ministros de culto, aunque todas reflejan "la violencia incontenible.”
Y acierta en lo medular el subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos, Roque Villanueva: lo de antier es, otro más, "un mensaje de odio…”.
