Una certeza sobre el socavón

Mientras los peritos determinan la o las causas precisas del socavón en la autopista México-Acapulco, y en tanto expertos repentinos continúan a la caza de culpables, conviene resaltar algunos datos específicos:

La Comisión Estatal de Agua de Morelos envió el 31 de octubre de 2016 un oficio al delegado de la SCT, José Luis Alarcón, con la perspicaz petición vecinal de Chipitlán para que el tubo que cruza el paso exprés (bajo la autopista, y que sirvió por 24 años), de 1.22 metros de diámetro, se cambiara por uno de 2.44.

El 3 de abril, después de un recorrido, ese mismo funcionario y personal de Protección Civil morelense acordaron que la delegación federal hiciera la "limpieza de las rejillas de los colectores pluviales".

Nueve días antes del derrumbe, los vecinos informaron al negligente de "filtraciones" en el punto exacto donde se formaría el socavón.

Lluvias excepcionales, basura y colapso del ducto se combinaron con el incumplimiento de compromisos y desatención a peticiones y advertencias por parte del ya cesado.

Esta es la primera certeza, ojalá no la única sólida, de la tragedia.

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