De huevos, huevazos y güevos

El jueves reciente, en Huatusco, Veracruz, Andrés Manuel López Obrador fue blanco de una turba de arpías que le arrojaron huevos. Uno le estalló en la cabeza. 

La miserable agresión anula la intención y se revierte contra quienes usaron a esas pobres diablas para lo que AMLO bien sabe capitalizar atribuyendo la autoría intelectual a su amnistiada "mafia del poder".

Imposible saber si el ataque físico incidió en su ánimo, por la tarde, en la inexplicable agresión a Pepe Cárdenas, al tratarlo como calumniador.

A pregunta sobre la supuesta alianza con Elba Esther Gordillo (vía su yerno apoyando a la candidata de Morena en el Edomex), le sugirió ejercer "un periodismo independiente, distante del poder, cercano al pueblo. Y digan la verdad,

Pepe (...); sé objetivo. Hay que seguir los pasos de los buenos periodistas de México, independientes, libres…”.

Expuesto ahora a los huevazos de las turbas morenistas, Cárdenas dio por concluida la entrevista: "El público no merece que lo llenes de mentiras", le reviró, y cortó: "Adiós, que te vaya muy bien. Y si no te va bien, también…”.

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