CAMBIOS SIN PROBLEMA

De alguna manera, todos aplaudimos los cambios en las políticas públicas, la crítica severa al ejercicio del poder y que hoy por hoy, gracias a la tecnología y las formas de comunicación, nos enteramos de todo lo que hacen, dicen y lo que sucede alrededor de funcionarios y autoridades del país, así como el paso de miembros de un partido a otro, en ocasiones cuestionado, a veces reconocido y así pasa más que nada porque todo lo relacionado al ámbito público nos molesta, es un cambio pues.

Todo lo anterior se relaciona a que en los últimos meses, hemos sido testigos de cuestionamientos a los dirigentes partidistas y las renuncias a largas trayectorias dentro de los partidos tradicionales, a nivel nacional y local que hasta nos sorprenden, leemos cartas explicativas de Margarita Zavala, Miguel Ángel Chico, Toño Astiazarán, Enrique Torres, Abel Murrieta, Célida López y otros tantos ofreciendo razones de la decisión de decir adiós a su partido.

Por diversas razones, cuando personalidades políticas cambian o renuncian se les criminaliza, como si fuera un error o pecado, cuando en otro medio pasa lo mismo, por ejemplo que un artista se vaya de Televisa a TV Azteca no pasa nada, o cuando nuestro vecino se cambia de colonia da gusto, la pregunta es porque los políticos no pueden hacer lo mismo sin que de alguna forma les llamen chapulines o traidores, cuando en la mayoría de los casos, fueron ellos los que no fueron tomados en cuenta, o fueron orillados a tomar esa decisión.

Durante la charla semanal del Grupo de Periodistas Contrapunto Diez, invitamos a Enrique Torres Delgado, quien durante 22 años militó en el Partido Acción Nacional; originario de Magdalena, diputado local y federal, fiel creyente de la doctrina que rige a esta Institución, comentó que ahora no existe la democracia interior, que es un grupo de amigos los que se reparten el pastel y aunque le ofrecieron ser candidato por su tierra natal, prefirió presentar su renuncia.

De forma natural, aduce que él ingresó al PAN cuando nadie quería participar abiertamente, que se volvió un formador y capacitador en todo el Estado de los principios que marcan sus estatutos que hoy son letra muerta, por lo que en días pasados tomó la decisión de separarse de sus filas, “se acabó la democracia interna”.

Sin duda este es el ejemplo de lo que sucede en todos los partidos políticos, es la antesala de su desaparición, ellos mismos (los militantes) están conscientes que la gente vota por las personas, ya existe más información (y por supuesto desinformación) y el voto duro es el menos y en general es un cambio favorable para el sistema político mexicano, hay que agradecer a valientes como el Bronco, que abrió camino a los gobernadores independientes, a Margarita Zavala, quien será un referente para las candidaturas presidenciales y a otros tantos que se han animado a no tener ataduras partidistas.

Los cambios son buenos, los especialistas de todas las ciencias lo afirman, muchas veces para avanzar hay que cambiar, en lo personal y en lo profesional, porque no en la forma de votar, la misma situación económica, política y social nos hace reflexionar al respecto, el hartazgo de la gente se verá reflejado en las urnas, por ahora se mantiene en las redes sociales.

Este primero de julio definirá el rumbo de los siguientes cuarenta años en México, si López Obrador alcanza su sueño, muchos otros creerán perder el suyo, el reacomodo institucional será en serio, vendrían pues transformaciones a fondo, los ciudadanos se sentirán partícipes de lo que suceda alrededor de la elección presidencial, para bien o para mal, la vida de los mexicanos tendrá un cambio.

Elma Laura Ahumada
elmalaura@yahoo.com