De negocios o placer, vámonos a Cananea
El remontado y pequeño mineral de la Cananea, de casi 100 gentes en el año 1883, dio paso a una comunidad de mas de 10 mil habitantes al amanecer el siglo veinte. Una comunidad bulliciosa de obreros venida de todas partes, que laboraba en los profundos tiros de las minas de la Cananea Consolidated Copper Co, y sus distintos departamentos de beneficio de metales y mercantil.
Esa nueva comunidad requirió ser organizada tanto en términos de las necesidades de la empresa minera, como de la vida social. Las respuestas empresariales llegaron a ser motivos de enconos con sus trabajadores por asuntos relacionados con salarios y calidad de vida, pero también de comerciantes en pequeño deseosos de aprovechar el nuevo mercado, pero a los que se les impedía ofertar sus productos.
La imagen que se ofreció de la nueva ciudad en los medios impresos locales, nacionales e internacionales era atractiva para los negocios, pero también en los que se podía tener acceso a las novedades y placeres propios de una sociedad moderna.
Los empresarios podían contar con la novedad de los centros de negocios, sitios donde cerrar intercambios mercantiles y formar empresas, al mismo tiempo que charlar en un ambiente elegante y exclusivo, e informarse de las condiciones del mercado.
La diversión ofrecida era el cine, teatro, las caravanas de circos, orquestas de música locales y norteamericanas eran factores que llamaban a un paseo por Cananea, conjugando los negocios con el ánimo de sacar la vida cotidiana de la monotonía de sus ciudades y pueblos origen.
Esta estilo de vida de una Cananea cosmopolita con sabor extranjero, ocultaba otras connotaciones marcadas por una ironía mordaz de múltiples sentidos que la población les endilgaba. En su momento, el 27 de mayo 1902, un grupo de vecinos del mineral elevaron ante el presidente Porfirio Díaz una larga misiva donde explicaban los excesos de poder de la compañía minera fundada por William C. Greene.
Con sarcasmo exhibían que no parecía vivirse en México; Cananea Arizona, como llama el vulgo á esta población aludiendo el dominio absoluto sin más ley que la voluntad gringa y sus sirvientes, tan perversos y rebosantes de perfidia y mala fe….
Esta era la que vivían los trabajadores y pequeños comerciantes que hacían de las cantinas sitios donde expresar sus quejas, mientras la elite sonorense, de la que el comerciante José Camou que tenía el mineral intereses comerciales con la compañía y una clica de amigos con los que departía de negocios. En su correspondencia con sus amigos dejaba entrever discretamente el otro sentido de sus viajes a la Cananea:
Mañana al escucharse el último
Aleboy en la estación, habré ya partido para el
extranjero (Cananea.) Apenas si de véz en cuando
leyendo el Cron, tendré noticias de sus triunfos
amorosos, ¡ oh mujeres imperfeutas, ! De "pentéli-
cos cuerpos, dignos de un frisco pagan"…..
isorrutas… es verdad en decidirse á amar, pero
en cambio, muy poco sorrativas……
La huelga de 1906, crisis económica de 1907 y cierre temporal de los trabajos mineros, fueron erosionando esa imagen de gran ciudad, construida entre clubes de postin para lñas clases altas y cantinas para clases bajas.
Relatos de la Frontera
Dr. Ismael Valencia Ortega
De negocios o placer, vámonos a Cananea
Relatos de la Frontera
Dr. Ismael Valencia Ortega
El remontado y pequeño mineral de la Cananea, de casi 100 gentes en el año 1883, dio paso a una comunidad de mas de 10 mil habitantes al amanecer el siglo veinte. Una comunidad bulliciosa de obreros venida de todas partes, que laboraba en los profundos tiros de las minas de la Cananea Consolidated Copper Co, y sus distintos departamentos de beneficio de metales y mercantil.
Esa nueva comunidad requirió ser organizada tanto en términos de las necesidades de la empresa minera, como de la vida social. Las respuestas empresariales llegaron a ser motivos de enconos con sus trabajadores por asuntos relacionados con salarios y calidad de vida, pero también de comerciantes en pequeño deseosos de aprovechar el nuevo mercado, pero a los que se les impedía ofertar sus productos.
La imagen que se ofreció de la nueva ciudad en los medios impresos locales, nacionales e internacionales era atractiva para los negocios, pero también en los que se podía tener acceso a las novedades y placeres propios de una sociedad moderna.
Los empresarios podían contar con la novedad de los centros de negocios, sitios donde cerrar intercambios mercantiles y formar empresas, al mismo tiempo que charlar en un ambiente elegante y exclusivo, e informarse de las condiciones del mercado.
La diversión ofrecida era el cine, teatro, las caravanas de circos, orquestas de música locales y norteamericanas eran factores que llamaban a un paseo por Cananea, conjugando los negocios con el ánimo de sacar la vida cotidiana de la monotonía de sus ciudades y pueblos origen.
Esta estilo de vida de una Cananea cosmopolita con sabor extranjero, ocultaba otras connotaciones marcadas por una ironía mordaz de múltiples sentidos que la población les endilgaba. En su momento, el 27 de mayo 1902, un grupo de vecinos del mineral elevaron ante el presidente Porfirio Díaz una larga misiva donde explicaban los excesos de poder de la compañía minera fundada por William C. Greene.
Con sarcasmo exhibían que no parecía vivirse en México; Cananea Arizona, como llama el vulgo á esta población aludiendo el dominio absoluto sin más ley que la voluntad gringa y sus sirvientes, tan perversos y rebosantes de perfidia y mala fe….
Esta era la que vivían los trabajadores y pequeños comerciantes que hacían de las cantinas sitios donde expresar sus quejas, mientras la elite sonorense, de la que el comerciante José Camou que tenía el mineral intereses comerciales con la compañía y una clica de amigos con los que departía de negocios. En su correspondencia con sus amigos dejaba entrever discretamente el otro sentido de sus viajes a la Cananea:
Mañana al escucharse el último
Aleboy en la estación, habré ya partido para el
extranjero (Cananea.) Apenas si de véz en cuando
leyendo el Cron, tendré noticias de sus triunfos
amorosos, ¡ oh mujeres imperfeutas, ! De "pentéli-
cos cuerpos, dignos de un frisco pagan"…..
isorrutas… es verdad en decidirse á amar, pero
en cambio, muy poco sorrativas……
La huelga de 1906, crisis económica de 1907 y cierre temporal de los trabajos mineros, fueron erosionando esa imagen de gran ciudad, construida entre clubes de postin para lñas clases altas y cantinas para clases bajas.
La gaceta de Cananea. 1909.
La Gaceta de Cananea. 06 de Septiembre de 1908.
La Gaceta de Cananea. 16 de Febrero de 1908.
Cananea Store. Colección Dr. Alberto