El destape

Como cada seis años, el país espera el “destape”, ese ritual que indica quien es el elegido para ser el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional, que en el siglo pasado se convertía en el Presidente de la República automáticamente, y aunque ahora no es así, no deja de despertar una gran expectativa, más cuando uno de los señalados tiene la opción de ocupar otro puesto relevante a fines de este mes.

La especulación es otro de los entretenimientos de los mexicanos, los medios de comunicación y columnistas políticos se han dedicado en las últimas semanas a dar como un hecho quien es el elegido del Presidente, ofrecen opciones de los momentos de reflexión que vive Enrique Peña Nieto y cómo se repartirán las posiciones, tratando de adelantar decisiones y así forzar “los tiempos” para que inicie esa revolución que provoca la elección de cada seis años.

México era el único país en el mundo en el que el Presidente en turno decidía quién era su sucesor, hace más de dos décadas, Jorge Castañeda lo plasma en un libro que llamó “La herencia”, el cual escribió en base a entrevista a ex presidentes de la República, donde revelan los verdaderos mecanismos sucesorios del sistema político mexicano, interrumpido en el año 2000 cuando, sin sorpresa alguna, Vicente Fox logra sacar al PRI de Los Pinos, le sigue Felipe Calderón representando al Partido Acción Nacional y hace cinco años regresó el partido oficial a gobernar, no así a cambiar el proceso de designación del candidato tricolor.

De acuerdo a los cánones tradicionales, la disciplina que los distingue y las condiciones actuales que se visualizan, las cosas no serán diferentes en esta ocasión, será entre hoy y el 30 de noviembre cuando alguna voz autorizada aclame que “las bases” decidieron quien sea el candidato que abandere las causas sociales y llevará a México al siguiente nivel.

Los analistas señalan esa fecha porque es cuando el PRI regularmente da a conocer el nombre de su candidato presidencial, además, en esta ocasión, se suma que antes de diciembre habrá que designar al sucesor de Agustín Carstens en el Banco de México, y aunque no imprescindible, es mejor darle tranquilidad a los mercados financieros; lo ideal es que el actual Secretario de Hacienda, José Antonio Meade ocupe tal puesto, sin embargo, el cambio de reglas al interior del PRI sugieren que Peña quiere sea el candidato presidencial y eso trae “pendientes” a todos los interesados.

Conforme se acercan los días marcados para conocer al elegido, México es un hervidero de rumores y conjeturas, con la ayuda de las redes sociales y el servicio de mensajería celular, nos llegan un sinfín de notas respecto al panorama político alrededor de este suceso, pero quienes conocen esta liturgia sexenal, aseguran que no será diferente a las anteriores, a pesar de que el PRI lo que necesita es quien les asegure ganar, no quien mejore las condiciones económicas y sociales del país.

Cuando sea el momento, otra ola de supuestos vendrá en cascada, el cambio de dirigencia en el PRI Nacional, la posible renuncia de Ivonne Ortega, que tanto ha solicitado “piso parejo” y la oportunidad de participar, o quizá nazca una corriente anti “dedazo” y la exigencia de grupos diversos de transparencia y democracia, además de adelantar nombres de los cercanos, del equipo que acompañara al nuevo Tlatoani y los reacomodos en el gabinete.

Como ha pasado en las dos elecciones anteriores, antes de los tiempos oficiales ya tenemos un candidato presidencial y su nombre es Andrés Manuel López Obrador, quien espera con ansia la oportunidad de convertirse en presidente, por tercera ocasión trata de convencer al electorado de ser el mejor, las condiciones del país hacen pensar que ahora si pueda lograrlo, sin embargo mucho dependerá que pase con el Frente Ciudadano, los candidatos independientes y lo que consense el PRI al interior, es lo que marcará la pauta.

Por el momento seguimos en el juego especulativo, haber que pasa en el PRI Nacional y alrededor de Peña Nieto, los medios de comunicación seguimos atentos, solo faltan diez días para vivir la adrenalina del destape, porque sin duda todo el país estaremos involucrados en la elección, aunque la mayoría sea para criticar y cuestionar, lo que es un hecho es que la definición está en el presidente, así no perderán la costumbre del rito sucesorio, así pierdan el país.

elmalaura@yahoo.com

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