La lección del sismo

La posibilidad de morir en un fenómeno natural, imprevisto y devastador, provoca un sinfín de emociones en el ser humano, desde un cambio de residencia, hasta participar en el rescate y promover la ayuda para docenas de personas que lo han perdido todo, hemos leído grandes crónicas, visto fotos increíbles e historias inventadas como la de Frida Sofía.

Somos tan vulnerables que nos vienen a la mente muchas preguntas, estamos tristes, nos da coraje y dolor por lo que México está pasando, ahora sí que al instante y en vivo, observamos la movilización que han provocado los sismos que parece castigo, volteamos al cielo y pedimos a Dios que no continúe pero al parecer, habrá que acostumbrarnos al temblor de la tierra.

En estos últimos días, hemos vivido momentos difíciles, hay videos desgarradores, pero también somos testigos de calidad humana, corazones nobles y sin esperar nada, hemos recibido todo, la ayuda humanitaria llega del mundo pero lo mejor lo han hecho los mexicanos, los ciudadanos, los jóvenes que tomaron el liderazgo para insistir en las acciones de buscar vida debajo de los escombros.

Como ya sabemos no hay forma de prevenir un movimiento telúrico, ésta sacudida ha sido principalmente para hacer conciencia, hoy no hay “memes” ni chistes, el ingenio mexicano fue para pedirle al gobierno que nuestro dinero no lo destine a los partidos políticos y fue tanta la presión social que de ahí se tomaran los recursos para la reconstrucción del país.

Lo que varios nos hemos preguntado es quién y cómo podría supervisar esas transacciones, son tantos los millones, son tantas las necesidades, en tantos lados, que se requiere un gran planeador y líder para programar un proyecto de tan alto calado. Por experiencia, dudamos de todo y de todos, nos abocamos a colaborar en alimentos y productos pero sabemos que no faltan depredadores que aprovechan situaciones para evitar se cumpla el objetivo, aquí es donde vemos que sale lo mejor y lo peor del mexicano.

Sin embargo, el gobierno mexicano se puso las pilas, imposible negar que 32 años después de aquel terrible sismo, estamos más preparados, conscientes y con una cultura de protección civil que permea a lo largo y ancho de la Nación, de inmediato se tomaron medidas, vimos el desplazamiento de autoridades, se tomaron decisiones que incluso se puede ver ya una campaña turística para visitar Chiapas por ejemplo, que hasta demasiado pronto se nos hace se pongan en ese plan.

Con seguridad, aparte de quitarle tantísimo dinero a los partidos políticos, habrá otras medidas que impulse la participación ciudadana, eso de que desaparezca la Cámara de Senadores es algo que desde tiempo atrás se había planteado, además de reducir el presupuesto al Ejército y la Marina. No olvidamos que una de las promesas de Peña Nieto fue eliminar 200 de los quinientos miembros de la Cámara de Diputados, sería muy asertivo retomarla y hacerla realidad antes de que termine su mandato.

Las muestras de solidaridad e ingenio son únicas, da gusto observar el comportamiento de dar cuando más se necesita, nosotros mismos no hablamos de sur o norte, ricos o pobres, buenos o malos, solo nos unimos por el bien del país, muchas caras conocidas se aplican en ayudar, pero sin duda el temor por otros y el propio estará latente, lo fundamental es que sabemos unirnos cuando más lo necesitamos.

Lo que sigue es mantener la calma, colaborar en la medida de nuestras posibilidades y convertirnos en promotores del cambio, que la idea de reasignar recursos federales se concrete, es lo mejor que puede hacer el gobierno, no perder el objetivo, estamos en el momento preciso de ser escuchados, seamos pues los más interesados, si ellos creían que tenían el poder, ahora sí que estamos a punto de que eso se acabe, vamos por el rumbo correcto, esa es la lección del sismo.

TAGS: