A seguir el ejemplo de Japón

 

Hacía tiempo que no leíamos en algún medio de comunicación una noticia positiva y retadora en relación al desarrollo industrial y económico de México.

En el portal de su periódico EXPRESO, el experto en autos Enrique Villaescusa lanzó la propuesta: “México tiene todos los elementos para generar su propia industria automotriz, con calidad de clase mundial”.

Hace diez o veinte años se habría visto como una locura decir lo anterior, pero hoy cuando en México tenemos plantas de las más prestigiadas firmas de vehículos a nivel mundial, la declaración está muy apegada a la realidad.

Los mexicanos –precisa el ponente— nos sentimos orgullosos de producir cerveza, aguacate, tequila, artesanías, hortalizas, frutales, pero no mencionamos a los automóviles a pesar de contar aquí con las armadoras Ford, Toyota, Nissan, Chrysler, Volkswagen, BMW, Kia y Chevrolet, entre otras.

Hablamos también muy poco de otros artículos como televisores, equipos de sonido, motores y vinos que también se producen en nuestro país de forma masiva y con una alta calidad.

Siempre nos hemos preguntado, ¿por qué en México seguimos siendo obreros de los Estados Unidos cuando ya podríamos tener nuestras plantas y marcas propias para producir artículos de alta tecnología?

Estamos orgullosos de la mano de obra en nuestro país, de la calidad que alcanzan las maquiladoras y en general la industria de exportación, pero los mexicanos seguimos siendo los que trabajamos sin ser los dueños de las marcas y productos.

Para colmo en las últimas décadas nos ha dado por vender al extranjero las empresas de éxito y de prestigio, así sucedió con la banca mexicana que luego del desastre de la nacionalización se intentó recuperar sin gran éxito.

Hoy los bancos que operan en México -salvo el caso de Banorte- están en manos de extranjeros. ¿Recuerdan los días de gloria de Bancomer, Banamex, Serfin y Atlántico?

Lo mismo acaba de ocurrir con la industria de la cerveza, las dos grandes corporaciones mexicanas que dieron fama e imagen a México por la calidad de sus productos, fueron adquiridas por capital extranjero.

De las populares marcas Tecate, Corona, Modelo, Sol, Pacífico y XX acabaremos en los próximos años consumiendo Heineken, Bud light, Stella Artois, Coors, etcétera.
Japón se convirtió en una gran maquiladora después de la segunda guerra mundial pero muy pronto se hizo de marcas, patentes y la tecnología para exportar sus productos propios a todo el orbe.

Hoy en día por lo menos cinco de las diez marcas de automóviles más reconocidas en el mundo son japonesas y ¿qué decir de otras compañías líderes en sus respectivos sectores como Sony, Nintendo, Canon, Komatsu Limited y la propia Toyota?

En México tenemos marcas y empresas que han trascendido a nivel mundial como Corona, Bimbo, Cemex y América Móvil, pero en realidad son pocos los casos de éxito y algunos se complicaron como fue la cementera regiomontana.

Sabemos que ingresar al mundo automotriz o electrónico requiere de grandes capitales y de una alta tecnología, en México existen los inversionistas sólo falta desarrollar los programas necesarios para la creación y desarrollo de productos de calidad mundial.

La mejor respuesta para los amagos políticos y comerciales del gobierno vecino de Donald Trump sería que México se decida a desarrollar sus propias industrias, iniciando con la automotriz en donde ya existe experiencia y un largo camino recorrido.

Apuntes en serie…
Tiene razón el dirigente estatal del PRI, Gilberto Gutiérrez, son demasiadas lagunas en la ley electoral en torno al proceso de reelegir alcaldes, regidores y diputados. El tiempo es corto para reformar la ley por lo que quizás lo más sensato será aplazar para 2021 las reelecciones… Se salvó Europa de otro experimento estilo "brexit" con la derrota de la ultraderechista Marine La Pen… El triunfo de Emmanuel Macron de 39 años fue bien recibido en el ámbito internacional, pero será difícil acostumbrarnos a ver en escena a la primera dama francesa Brigitte Macron de 64 años, es decir 25 años mayor que el presidente electo. Por cierto, ya se dice que ella ostenta el poder tras el trono, ¿en dónde hemos escuchado lo anterior?… A nadie extrañó el resultado de la pelea entre Saúl "Canelo" Alvarez y Julio César Chávez, lo que sí sorprende es que la afición siga cayendo en la mercadotecnia barata que infló un combate que no tenía mucho que ofrecer.

***

José Santiago Healy
jhealy1957@gmail.com

TAGS: