¿Complot contra López Obrador?

Se cumplió un mes de iniciada oficialmente la campaña presidencial y lo que sea de cada quien ha resultado mejor de lo esperado en cuanto a atraer el interés ciudadano, casi casi ha alcanzado los ratings propios de las mejores telenovelas en los canales estelares.

A ello han contribuido muchos factores, quizás el principal es que la contienda se ha desarrollado en un clima de amplias libertades en donde no pasa día sin que los candidatos se apaleen unos a otros para beneplácito del morbo popular.

No obstante las campañas han mostrado poca riqueza y variedad en las propuestas.

El debate del domingo 22 le puso sabor al caldo al exhibir las cualidades y defectos de los cinco aspirantes a la Presidencia de la República.

Ahí vimos a un López Obrador arrinconado y defensivo; un José Antonio Meade anodino y sin contundencia; un Ricardo Anaya agresivo y certero en sus embestidas; una Margarita Zavala con escasa presencia y finalmente apreciamos a un Jaime Rodríguez desatinado e impulsivo.

En las últimas horas la controversia al interior de las campañas presidenciales se centró en una supuesta intentona de los organismos cupulares de sacar de la carrera al abanderado del PRI, PVEM y el Partido Nueva Alianza.

López Obrador denunció un supuesto “compló” por parte de varios dirigentes empresariales e incluso se manejó el rumor de que las presiones llegaron hasta el presidente Enrique Peña Nieto a quien le habrían pedido su intervención para obligar a Meade a declinar a favor de Ricardo Anaya.

Pero en pocas horas se desmintieron tales versiones y todo quedó -al menos hasta el miércoles por la noche- en una estrategia más de Morena para golpear a sus principales contendientes, especialmente al abanderado del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, Ricardo Anaya Cortés.

Obviamente se habría visto muy mal que Peña Nieto y los dueños del capital mexicano se aliaran para bloquear el triunfo de López Obrador y su llegada a la Presidencia de la República.

Además, la ley electoral no contempla la posibilidad de que un candidato se sume a la coalición de otro aspirante, vaya ni siquiera podría renunciar sin ser sustituido hasta treinta días antes de la elección.

Sin embargo, tampoco hay que ser tan ingenuos y negar que en las próximas semanas se podrían dar movimientos de apoyo de seguidores de un candidato hacia otro de los contendientes en un intento de aplicar el voto útil y de frenar la victoria del controvertido AMLO.

Esto ya sucedió en anteriores campañas.

En el año 2000 un buen número de priistas optó por votar a favor de Vicente Fox cuando vieron muy lejanas las posibilidades de triunfo de Francisco Labastida.

En 2006 también legiones de tricolores dieron la espalda a Roberto Madrazo para “acuerpar” a Felipe Calderón ante la inminente victoria del tabasqueño Andrés Manuel.

Y en 2012 los panistas abandonaron a Josefina Vázquez Mota ante su rezago electoral y para impedir cualquier posibilidad de triunfo de AMLO.

Hasta el expresidente Vicente Fox se pronunció a favor de Enrique Peña Nieto.

Hoy la historia es muy distinta porque López Obrador ha tomado una cómoda delantera que parece imposible de perder.

Según la reciente encuesta de Reforma, el candidato de Morena cuenta con el 48% de las preferencias contra 30% de Ricardo Anaya y 17% de José Antonio Meade.

Incluso en una simple suma de preferencias, AMLO seguiría arriba por un punto en caso de añadirse el 30 de Anaya al 17 de Meade.

Pero la política es la política y esté usted seguro que los adversarios de AMLO harán hasta lo imposible por desbancarlo de la carrera presidencial cuando todavía quedan sesenta días de campaña, es decir dos terceras partes.

Lo irónico es que el PRI-gobierno, con su errática estrategia, cavó su propia tumba, ellos se encargaron de dividir al PAN cuando le vieron tamaños para regresar a Los Pinos al tiempo que dejaron crecer desorbitadamente a Morena y sus aliados.

Hay que estar preparados para el próximo capítulo de esta telenovela que de seguro cobrará mayor sabor e interés en las próximas semanas.

Noticias, noticias…

¿Cómo es posible que el PRI haya descobijado a su propio candidato Pepe Meade al no ratificar en el Senado la ley que eliminaba el fuero del presidente de la República, entre otros funcionarios?

Queda la posibilidad de aprobarse en una sesión extraordinaria, siempre y cuando estén de acuerdo en Los Pinos…

Sigue en el aire el futuro del Tratado de Libre Comercio, cuando todo parecía que las negociaciones habían prosperado, volvió a entrar en un incierto y prolongado impasse.

José Santiago Healy

jhealy1957@gmail.com

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