Sonora gana mega inversión a BC

Para Baja California fue la tormenta perfecta, sin embargo, para Sonora fue una jugada de tres bandas con resultados sobresalientes.

Todo empezó en enero del 2016 -hace más de dos años- cuando la empresa Constellation Brands Inc. con sede en Victor, Nueva York, anunció una inversión de 1,500 millones de dólares para construir una planta cervecera gigantesca en Mexicali, Baja California.

El propósito era producir 10 millones de hectolitros anuales de cerveza mexicana -principalmente Corona, Modelo, Pacífico y Victoria- para surtir al sediento mercado de California, toda vez que la compañía cuenta con las licencias para vender dichas marcas en el vecino país.

Anunció en esa fecha una inversión adicional de 250 millones de dólares para ampliar su planta cervecera en Nava, Coahuila, con el objetivo de producir 27.5 millones de hectolitros anuales para la región sur y este de los Estados Unidos.

En aquel comunicado de la empresa norteamericana no figuraba Sonora y menos Ciudad Obregón a pesar de que pocos meses atrás -octubre de 2016- Constellation Brands había adquirido la planta de Grupo Modelo en Cajeme por un monto de 600 millones de dólares.

Sin hacer mucho ruido, las autoridades sonorenses mantuvieron conversaciones con la empresa neoyorquina de tal suerte que un año después se anunció en la planta de Ciudad Obregón una inversión de 160 millones de dólares para ampliar la producción de cerveza de 2.5 millones a 3.5 millones de hectolitros por año.

Nada o poco que ver tenían tales cantidades de producción en suelo sonorense con las metas de la planta de Mexicali, proyectada para exportar 10 millones de hectolitros cada año.

Por alguna razón intereses oscuros y de carácter político comenzaron a complicar la mega inversión en Mexicali al tiempo que el gobierno de Francisco “Kiko” de la Vega realizaba un pésimo manejo del conflicto.

Las protestas de grupos inconformes por un supuesto desvío de grandes volúmenes de agua del Valle de Mexicali a la empresa norteamericana, comenzaron a preocupar a los inversionistas.

No obstante, la compañía siguió adelante con su inversión: adquirió más de 400 hectáreas del Valle de Mexicali, al sur de la capital; invirtió varias decenas de millones más en la construcción y diseño de acueductos de alta tecnología; cercó más de veinte hectáreas en donde se inició la construcción de la fastuosa planta; y desplegó un amplio sistema de seguridad y vigilancia ante las protestas que asediaban las instalaciones.

Por su parte, empresas locales como Fevisa Industrial levantan a poca distancia de la futura cervecera, una enorme planta para producir los envases de vidrio. La inversión se calcula en unos 200 millones de dólares.

Hasta hace dos o tres semanas todo parecía estar bajo control en Mexicali de tal manera que Constellation seguiría adelante con su plan para en un año más iniciar la fabricación de las primeras cervezas con agua y equipo humano mexicalense.

Según expertos, la producción anual de los 10 millones de hectolitros equivaldría en volumen de agua al riego de 700 hectáreas de trigo de la región. Si tomamos en cuenta que en el Valle de Mexicali se siembran al año cerca de 70 mil hectáreas, el consumo de la planta cervecera equivaldría a un máximo del uno por ciento anual.

La grata sorpresa para Sonora, en especial para el municipio de Cajeme, fue el anuncio la semana pasada de que Constellation Brands transfiere 900 de los 1,500 millones de dólares originales de la inversión en Mexicali a su planta en Ciudad Obregón.

Las razones son evidentes: tranquilidad social, paz laboral además de gobiernos municipal y estatal facilitadores. Se crearán 450 nuevos empleos en la planta y unos dos mil más durante la construcción.

Tanto la gobernadora Claudia Pavlovich como el secretario de Economía, Jorge Vidal, siguen celebrando la gran noticia para Sonora, mientras que en Baja California seguramente algunos políticos pagarán muy caro esta factura.

Perder una inversión de 900 millones de dólares no ocurre todos los días y menos cuando ya la tenían en la bolsa.

Noticia final
Suena razonable la decisión del Instituto Estatal Electoral de permitir continuar en sus puestos a los alcaldes y diputados locales que busquen la reelección. Sin duda sería más complicado solicitar licencia del cargo, nombrar a un suplente y después regresar por escasos meses en caso de perder o ganar la elección. Lo que no queda claro es si dichos candidatos podrán hacer campaña durante las horas de trabajo de lunes a viernes, aunque es de suponer que no se les permitirá.