‘Dreamers’ saldrán adelante

La cancelación del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), es el golpe más bajo propinado por el gobierno de Donald Trump a México y a la comunidad de inmigrantes, desde que asumió el poder el pasado 20 de enero.

Durante su campaña presidencial, Trump prometió terminar con este programa que estableció Barack Obama en junio de 2012 para proteger de una deportación a jóvenes que fueron traídos de niños a Estados Unidos sin documentos migratorios.

A la fecha son alrededor de 787 mil jóvenes beneficiados con este plan que les brindó permisos de trabajo, licencias de conducir y un número de seguro social. Simultáneamente canceló cualquier intento de deportación a todos los inscritos, mejor conocidos como “dreamers”.

El DACA fue recibido con gran beneplácito por la comunidad migrante y la sociedad norteamericana que en su mayoría apoyó la medida. Sin embargo, el programa nunca contempló un camino para la obtención de una residencia permanente y menos de la ciudadanía.

Trump se tardó poco más siete meses en cumplir su compromiso de campaña, en algún momento pareció cambiar de opinión y dio a entender que buscaría un camino legal para que los “dreamers” obtuvieran al menos la residencia permanente.

Pero no ocurrió así, el martes pasado el procurador general de Justicia, Jeff Sessions, confirmó en nombre del gobierno de Trump la desaparición del DACA lo que provocó enorme tristeza, miedo e indignación entre los miles de jóvenes que se adhirieron al programa.

Se calcula que alrededor de 600 mil “dreamers” son nacidos en México y fueron cruzados por sus padres al país del norte en algún momento de su infancia.

El plazo que dio el gobierno de Trump para eliminar el DACA fueron seis meses y aventó la bolita al Congreso para que sepulte el programa o bien para que encuentre una nueva vía para evitar la deportación de casi un millón de jóvenes que fueron educados bajo la cultura norteamericana.

Las críticas a nivel nacional e internacional además de las demandas que interpusieron quince estados en contra del gobierno de Trump, podrían obligar a los congresistas a reconsiderar la muerte del DACA o cuando menos a buscar una alternativa.

A final de cuentas quien más pierde en esta torpe e inhumana decisión son los Estados Unidos al desprenderse de estos miles de jóvenes que hablan inglés, tienen buena educación y la mayoría de ellos gozan de trabajos estables y de calidad.

No son, pues, una carga para los vecinos del norte además su trayectoria ha sido impecable porque de lo contrario no habrían recibido los beneficios del programa.
Por algo los altos directivos de Google, Apple, Facebook y Microsoft condenaron la eliminación del DACA.

El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, dijo que “es un día triste para nuestro país”. Estos jóvenes inmigrantes son “amigos y vecinos” que han contribuido a mejorar la economía y las comunidades: “He podido conocer a algunos “dreamers” en los últimos años y siempre me ha impresionado su fuerza y determinación”, asentó Zuckerberg.

Pero como dice el refrán no hay mal que por bien no venga. Tantos nuestros paisanos como el resto de los “dreamers” están acostumbrados a luchar y a vencer adversidades. Seguro algunos serán apoyados por sus mismas empresas para tramitar una visa de trabajo, otros más regresarán a sus países de origen para aportar sus valiosos conocimientos y experiencias.

México deberá recibirlos con los brazos abiertos y tratarlos como lo que son: profesionistas luchones y exitosos. Sería un error verlos como víctimas y darles un trato paternalista al que por ciento no están acostumbrados.

Simultáneamente sería oportuno revisar el estatus migratorio de los miles de norteamericanos que viven en México para detectar quienes están fuera de la ley y se han aprovechado de nuestro país para hacer negocios.

Si resulta que el número es elevado resultaría una valiosa arma para negociar con el gobierno vecino. Lo cierto es que resulta absurdo e inexplicable que mientras otros países asilan y protegen a migrantes que sufren por la pobreza y la persecución, Trump deja desamparados a jóvenes que no cometieron ningún delito y que prácticamente hoy son norteamericanos.

Ciclones políticos
Los huracanes que golpean al Caribe y al Golfo de México se quedaron cortos con las muestras de autoritarismo y corrupción reveladas en nuestro país: hablamos de la intimidación en contra de Claudio X. González, de la llamada Estafa Maestra en donde danzaron más de tres mil millones de pesos del erario y por último el escándalo de partidos en el Congreso. ¡Qué bonito México!

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